viernes, 8 de abril de 2016

Piratas.....




                    "Con 100 cañones por banda,
                      viento en popa a toda vela,
                      no corta el mal sino vuela
                      un velero bergantín"

                                                "La Canción del pirata" de José de Espronceda.



          Comenzamos así, con estos versos extraidos de "La Canción del Pirata" de Espronceda un nuevo capítulo de este nuestro blog. En el, nos referiremos a la piratería en general. Haremos un somero repaso desde sus orígenes y nos centraremos como no, en la época dorada de la piratería. Aquella que operaba en aguas del Caribe. Porque..... Quién no ha soñado o se ha disfrazado de pirata cuando era pequeño???.


   Qué es un pirata?. La respuesta es muy sencilla: "Todo aquel que comete fechorías en el agua". Y... digo agua tanto dulce como salada. Es pues lícito recordar que la piratería no sólo se enseñoreaba en los siglos XV, XVI, XVII, XVIII y buena parte del XIX sino que ha formado parte de la vida desde que el hombre es hombre. Es digno resaltar que fueron unos piratas aquellos que secuestraron a Julio César junto a la isla de Farmacusa. Apresado junto con dos edecanes y un sirviente allí estuvo 38 días en privación de libertad. El rescate, 20 talentos. Julio César, reía sin parar ante la sorpresa de sus captores a los cuales aconsejó que su negocio estaba infravalorado y sería mucho más recomendable pidieran por él 50 talentos de oro. Eso sí..... les dijo: "Cobraréis vuestro rescate pero acordaos que luego exigiré vuestras cabezas....". Dicho y hecho, cobrado el rescate César regresó al mando de una flota, capturó a sus otrora secuestradores y reclamó el botín, a renglón seguido fueron crucificados. Llegados a este punto será digno señalar al lector que aquellos piratas no sabían quién era Julio César.


   Piratas fenicicios que operaban en el Mare Nostrum, árabes en el siglo VII, berberiscos e incluso vikingos que asolaron las costas de Irlanda e introduciéndose con sus drakkares por los ríos pillando, saqueando y secuestrando son sólo unos pocos retales del devenir de la piratería en sus albores. Pero la piratería moderna como así la conocemos fue extraordinariamente impulsada entre el reinado de Enrique VIII e Isabel I de Inglaterra. Y es que pese a desastres de la Invencible a parte, el Imperio Español y su magnitud era tasa imponderable. Y la mejor forma de hacerle frente era esperar, esperar, esperar........ y luego atacar las mercaderías españolas. El español en el mar abierto era completamente invencible y sin duda alguna fue el imperio marítimo más grande que dio la Historia de la Humanidad, mucho más que el inglés o portugués.

        La Batalla de Lepanto puso fin a una piratería turca auspiciada por Solimán El Magnífico relevada por Francia e Inglaterra bajo patente de Francisco I de Francia y el ya mencionado Enrique VIII. Se iniciaba así un periplo que duraría cerca de 400 años de pillaje marítimo.

        España para con los indios, basaba sus actividades extractivas bajo las llamadas "encomiendas". Un indio estaba protegido por las leyes castellanas. Los conquistadores españoles podían tener derecho a la propiedad de la tierra y tener vasallos libres los cuales tenían la obligación de trabajar para el encomendero a cambio de las enseñanazas de la fe cristiana. Pero poco a poco los nativos menguaron a velocidades de vértigo debido a las enfermedades importadas por los españoles. Bartolomé de las Casas anuló este tipo de prácticas y basó las actividades extractivas en esclavos negros, mucho más resistentes ante las enfermedades que los nativos indios coexistiendo el amo blanco, nativo indio y esclavo negro. Enterado de esto John Hawkins y espoleado por una razón más que de peso ya utilizada por los españoles los cuales en su piadosidad pensaban mejor con ellos los esclavos que no esclavizados por sus caudillos en África, se lanzó al ataque de no pocos barcos negreros españoles que hacían singladura desde África a América. Sea lo que fuere Hawkins basó su piratería y negocio en la esclavitud logrando algo insólito para esa época y fue que Brasil, Venezuela, Cuba, Haití y Jamaica hasta Nueva Orleáns no fuese sino una prolongación más de África. Llenó América de esclavos negros. Azúcar, café, tabaco y algodón fueron la base del comercio. Cuba, sin ir más lejos entre 1792 y 1821 acogió a más de 600.000 negros y entre 1823 y 1865 la isla acogió a 300.000 más de forma clandestina. Hawkins muerto a la altura de Puerto Rico fue relevado por su primo, Sir Francis Drake, un verdadero azote para con los españoles. Una pesadilla y el enemigo público número uno de Felipe II. Ni que decir que el comercio de esclavos era lucrativo a maravilla. Se calcula que de entre un 25%-50% por ciento perecían por el camino. Arrojados a los tiburones cuentan las crónicas que incluso los escualos cambiaron de dieta. En realidad con seguir a un barco negrero tenían suficiente para alimentarse. La presencia de un barco negrero se advertía por el olor a podredumbre que despedía. Era muy común entre los marinos portar pañuelos perfurmados para disipar el olor de vez en cuando en sus fosas nasales.


        Por muy buen navegante que fuera, Sir Francis Drake fue un sinvergüenza. Enrolado como grumete junto a su primo Hawkins pronto se haría experto marinero. Ante la imposibilidad de hacer frente a la inmensa flota española la reina Isabel fue expidiendo "patentes de corso" mediante las cuales y desde un punto de vista legal la piratería pasaba a ser bendecida por su Graciosa Majestad. Si hubo un corsario extraordinario ese fue Sir Francis Drake aquel segundo hombre en dar la vuelta al mundo y aquel primer inglés en hacerlo. Comenzó como brillante salteador de caminos y sobrado de patrocinios monta una escuadra la cual su buque insignia sería el Golden Hind y dando la vuelta al mundo pillando allá donde su escuadra pusiera proa logró tal botín que definitivamente fue la base del Banco de Inglaterra, y la City pasó a ser la casa de contratación del comercio mundial. Ahí era nada.... El método de Drake era muy sencillo tomar una plaza y si no había botín destruir aquella plaza en estimación aproximada del botín que podía albergar. Expeditivo sin duda. Las plazas españolas se fueron rearmando y es que Drake no era un pirata al uso, investido de corsario se convirtió en un azote total y absoluto hacia el catolicismo. Fijaos en lo que os digo. El pillaje disfrazado de religión protestante. Así de claro.
   
      Repelido por una heroína gallega, María Pita en La Coruña pretendió en vano definitivamente asestar el golpe de gracia a la Armada Invencible en Galicia. En Canarias también le dieron lo suyo y un felíz día para la navegación Sir Francis Drake desliza su cuerpo hacia el mar el 28 de Enero de 1596 a la altura de Portobelo, Panamá. La disentería se lo llevó al infierno.


  Pero no creáis que el pirata de natural era montaraz, violento y maleducado. Llegados a este punto es digno resaltar la historia de sir Walter Raleigh emparentado con la reina de Inglaterra y obsesionado con la búsqueda de El Dorado. Raleigh leía a Chaucer y Bacon a la par que pasó por la prestigiosa Universidad de Oxford y alternó con Shakespeare. Responsable de la introducción de Inglaterra en la parte norte del continente creó Virginia (en honor a su reina) importando el tabaco a Inglaterra y un alimento base de la gastronomía europea, la patata. Sufrió condena de 12 años de prisión por intentar alterar el orden de sucesión al trono pero El Dorado lo libró de la cárcel. Estaba tan convencido y estudiado de su existencia que logró fletar una expedición en su búsqueda bajo la promesa de no cometer desmanes en posesisones españolas alterando la Paz de Londres entre Felipe III y Jacobo I. Saltándose esa mínima norma asola Santo Tomé en su loco empeño por obtener algún atisbo o pistero sobre la ubicación de El Dorado. De regreso a Londres fue decapitado por el rey. Raleigh fue el típico ejemplo de marino en el cual su empresa en no poco le salvó el pellejo para definitivamente morir celoso de esa misma obsesión. Su cabeza fue enviada en un saco a su mujer, Lady Raleigh.


  En cuanto a las torturas piratas eran muy comunes. A decir verdad no se diferenciaban mucho de las acaecidas en tierra para escarnio público y es que en esa época ser violento y violentado era lo natural. Sí es cierto, que a la población civil se le torturaba con tal o cual disquisición para que "cantaran" dónde se escondía el botín y era común la norma de..... "No hay botín, no se cobra" sobre todo entre los bucaneros, variante asilvestrada de los corsarios. Víctimas colgadas, destripadas, desolladas o descuartizadas eran expuestas a escarnio público en donde no pocos paisanos, hombres mujeres y niños disfrutaban cual infante con vegiga escarmentando a la vez en cabeza ajena. En los barcos era común el latigazo limpio con aliño de heridas de rocío en salmuera o sal marina, se colgaban a los reos de una verga, también era común atar al infelíz desde la cubierta del barco cabo a diestra o siniestra y pasarlo por la quilla (era lo más común). El marino no ahogaba pero salía completamente flagelado por los moluscos, conchas y demás parásitos adheridos al casco del barco. No recuerdo que ilustre pirata gustaba de destripar al reo y atar las tripas al palo mayor en mitad de una tormenta, o rociar al infractor con miel o aceite de palma y dejarlo atado en una isla desierta para festín de alimañas....... en fín, escalofriante, pero insisto en tierra también se hacía y si no que se lo pregunten como se las gastaba la Santa Inquisición.... hacían hablar a las momias.


Corsarios, piratas, filibusteros y.... bucaneros. Estos últimos se asentaban en una isla y vivían sin Dios, patria, ni rey formando una comuna de malhechores. Por lo general de orígen francés su denominación viene de la abundancia del cerdo cimarrón y de como cocinaban esta carne ahumada en unas barbacoas llamadas "boucannes". Retornados a una vida prehistórica sin Dios a quién servir ni amo a quien respetar se organizaron en variopintas asociaciones. Cazadores de oficio y salvajes por hábito crearon la llamada "Confederación de Hermanos de la Costa" y se asentaron en la temida Isla de la Tortuga, sentina a la larga de malhechores marinos. Su indumentaria era la siguiente. Pantalones ceñidos, camisa bombacha y cinturón para albergar numerosas armas blancas. Estos personajes una vez entregados al rey Neptuno pasaron a denominarse filibusteros los cuales y una vez abotinados bien de robos ponían toda vela a Port Royal, actual Jamaica en donde se daban a la holganza, molicie, cantina y burdelerío. Ni que decir que esta plaga de gentes innobles y correosas fueron financiadas y franquiciadas por Inglaterra y Francia para menoscabo como no, de España. Y es que el Gibraltar actual como paraíso de maleantes ya estaba bien inventado.


  El más digno representante de esta saga de malhechores fue un francés. El "Olonés", de infausto recuerdo. Prófugo de la justicia escapó a La Tortuga. En una de sus incursiones encerró a los españoles en una cala y haciéndolos subir al barco los decapitó uno a uno con tal número y saña que de vez en cuando tenía que cambiar de sable por mellado el anterior. Tras una serie de éxitos pecuniarios enfiló a Cuba apareciendo en otro lar, Puerto Cabello. Magro botín aquel, toma dirección terrestre hacia San Pedro. Sea lo que fuere y ante la ausencia de tesoros  comienza a esquilmar a la población hasta tal extremo que coge a un español, hunde su alfange en el pecho del infelíz y le saca el corazón con sus propias manos. Tras morderlo exclamó: "Véis lo que he hecho con este mentiroso, con vosotros haré lo mismo sino decís dónde está el botín". Sencillamente nadie dijo nada porque el botín no existía. En Guatemala robó indias nubiles, degolló infantes y asesinó sin cuento. Tras una serie de fracasos rotundos de camino a Guatemala la propia tripulación le dio matarile. Abandonado en la selva entre impíos juramentos topó con los indios flecheros creyéndose a salvo. Antes bien, todo lo contrario le redujeron la cabeza al tamaño de un limón. Llegados a este punto señalaré al lector que la psicopatía era propia de no pocos piratas como veremos más tarde en la figura de Morgan.


   La auténtica ruina del pirata eran las conflagraciones bélicas. Escuadras bien armadas imposibilitaban incursiones además de verse obligados como súbditos a obedecer las mínimas normas de la guerra.
     Era pues, en tiempos de paz en los cuales corbetas, fragatas, bergantines y goletas esquilmaban preferentemente a los barcos españoles. La vida en los barcos era extraordinariamente dura. Aquejados del mal de mar (mareo), escorbuto, sed, racionamiento, calores y humedades extremas y tormentas a maravilla hacían de las singladuras un infierno. En períodos de calma chicha no había nada que hacer a excepción de remendar velas, limpiar cubiertas, achiques de agua embarcada o refuerzos de cabestrantes. Un barco en malas condiciones en mitad de una tormenta era naufragio seguro so pena estas medidas no hubiesen sido tomadas con anterioridad. En cuanto al peor mal del pirata era el alcohol. Espesos rones, cargadas cervezas y diversidad de licores se traducían en unas borracheras de órdago. Así las cosas, muchas veces el capitán daba rienda suelta a estos menesteres con tal de tener a la tripulación contenta y ausente de botines. El pirata con la tripa bien llena de ron era completamente inofensivo en una juerga contínua. Mientras estaban borrachos no pensaban en otra cosa. El Capitán Teach, Barbanegra en una ocasión al borde del botín y con el ron acabado tuvo la suerte de abordar un barco repleto de alcohol. Ese fue su pasaporte directo a la salvación de una rebelión más que segura.


  Por lo general y hasta 1700 los barcos piratas circunnavegaban con la bandera propia del país de origen del barco. Pero a partir de esta fecha, el capitán Poole de la Armada Inglesa avistó un barco capitaneado por el francés Ennmanuel Wynne el cual izaba una bandera negra con una calavera, dos tibias cruzadas y un reloj de arena. Había nacido un mito, la bandera pirata. Un mito y un objeto de merchandising de lo más sugerente. Tras un intecambio de cañonazos, Poole reportó en Londres la nueva y terrorífica enseña. Con estos mimbres, Londres ya tenía dos banderas piratas con las que operar. Una, la "Union Jack", otra con tibias y calaveras.


  Como ya presumí antes, detrás de la piratería se escondía un odio contumaz al catolicismo. Acrecentado más si cabe durante la República Inglesa de la mano de "Lord Protector" u Oliver Cromwell. De esta época data en mi opinión el peor corsario de la Historia. Henry Morgan. Galés de nacimiento, irlandés de adopción Cromwell colmo de puritanismo absurdo en una de sus razzias en Irlanda apresó a numerosos niños católicos para deportarlos hacia el Nuevo Continente, entre ellos estaba Morgan y no J.P. Morgan que ese es otro pirata pero de cuello blanco..... Enrolado en el fracaso de la toma de Santo Domingo y en el éxito de la rendición de Jamaica en 1655 hizo méritos tales que a la muerte del capitán Masveldt tomaría relevo de maldades. Esquilma Puerto Príncipe haciéndose con un botín de 50.000 pesos y esclavizando a la población, pero las tácticas de Morgan eran anfibias y no marineras por lo que reconoce la costa de Portobelo, la fondea y masacra la ciudad no sin resistencia. Su estrategia fue el apresamiento de curas y monjas a los cuales obliga a subir por unas escaleras de pared pereciendo todos ellos. Consumado este malévolo acto toma la plaza no sin después sucumbir la población a una razzia, robo y violación de más de 15 días sin descanso. La próxima operación, Maracaibo con torturas del tipo tales como aplicar torniquetes a la población hasta el extremo de que los ojos saltasen de las cuencas. Siguiente paso, Gibraltar colgando por los testículos a todo aquel se sospeche esconde oro para acabar ascendido al rango de Comandante en Jefe de las Tropas Navales de Jamaica con una dotación de 36 embarcaciones  y 2000 sinvergüenzas. Morgan emprende la toma del fuerte de San Lorenzo en operación terrestre para tomar Panamá una de las ciudades más ricas del globo terráqueo con excaso éxito pero entre los resitentes y las hordas morganas Panamá fue reducido totalmente a cenizas. Ante el escándalo más de fachada que de otra cosa Morgan es reclamado en Inglaterra y definitivamente perdonado ya que al fin y a la postre sus salvajes métodos no habían sino reportado grandes ganancias militares a Inglaterra por lo que se retira a su hacienda jamaicana para morir en paz en el año del Señor de 1688. Cuatro años más tarde tres terremotos asolaron Jamaica dejando Port Royal completamente inservible y asestando un duro golpe a todo aquel pirata merodeara en holganza e innoble espíritu, ya que la tumba de Morgan fue tragada por la tierra. En Port Royal hasta los barcos atracados aparecieron en las montañas debido al terremoto.

  
  La pitatería a otorgado páginas de glorioso recuerdo literario. William Dampier pirata honorable y culto al estilo Raleigh contrató a un piloto escocés llamado Alexander Selkirk. Desembarcado y custodiado en octubre de 1704 en una isla denominada Mas a Tierra fue abandonado por delito de insubordinación con la única compañía de una botella de agua, una lata de pólvora y una pistola. 4 años más tarde, el Duke arribó costa para desenbarcar en la citada isla en busca de algo comestible. Cual no sería su sorpresa al encontrarse con un individuo luengamente barbado, vestido con harapos llorando de la emoción sin poder articular palabra. Alimentado de huevos de tortuga y carne de lagarto dio pábulo a una famosa historia: "Robinsón Crusoe" de Daniel Dafoe.

         Robert Louis Steveson dio también merecido lugar literario en base a un pirata ahorcado al cual nos referiremos después en "La Isla del Tesoro" que alimentó con fábula la existencia del tesoro del capitán Kidd en tal o cual isla.

       Sea lo que fuere al gobierno inglés y pese a los agradecimientos otorgados a los piratas cada día se estaban subiendo más a la chepa sus conmilitones sin ley y promulga una amnistía pirateril al más puro estilo montoril perdonando a aquellos facinerosos los cuales abjuraran de ruines prácticas. Y es que poco a poco ese negocio se les estaba yendo de las manos como veremos más adelante.

 
   Sharp apresó un carguero español lleno de lingotes de diversos materiales. Sea lo que fuere unos cuantos fueron desechados por creer eran de estaño. Desechados y arrojados al mar. Un tripulante se quedó con uno de ellos de recuerdo y lo enseño en Bristol. Cual no sería la sorpresa cuando se verificó era de plata. Sharp y su tripulación habían tirado al mar 150.000 libras esterlinas. Casi nada. Sharp fue ese tipo de pirata bueno el cual supo como nadie doblar el Cabo de Hornos firme en el timón mientras su tripulación andaba bebida y borracha pero que singladura tras singladura la marinería fue desmembrando debido al exceso del juego. No me dolerán prendas en afirmar que la tripulación quedó completamente dividida por tal lid entre los que querían continuar andadura pirática y los que en realidad se habían hecho tan ricos a bordo con el naipe que no sentían ya ningún apego hacia el mar. Sharp compareció ante un tribunal por pirateo. Fue absuelto y se retiró de la vida marítima.


  Como antes he hecho alusión la piratería se les estaba subiendo a las barbas a Inglaterra. Una Inglaterra incapaz de dejar de sacar tajada de tal o cual mínimo absceso y que poco a poco fue esquilmando y asesinando a todo aquel aborígen indio del Norte. Se establecieron las trece colonias orígen del actual EEUU y todo aquel producto el cual fuese importado de Australia, La India, China, Ceilán o cualquier posesión dependiente de Inglaterra primero tenía que pasar por la metrópoli para luego ser exportado a América bajo gravamen pecuniario. Esto exacerbó a una incipiente burguesía británica en América y ni más ni menos fue el caldo de cultivo para que la "nueva" piratería no se fojara en Inglaterra sino en América del Norte. En contraposición, la gola y flema inglesa volvió otra vez a expedir patentes de corso para combatir al pirata americano. En esencia, truhán contra truhán o sencilamente dos hermanos calvos peleándose por un solo peine. Así las cosas surge la historia del capitán Kidd con patente de corso y su embarcación la Adventure Galley.



   La historia de Kidd es la de un laxismo general. Enemigo de la esquilma gratuita y de la acción punitiva. Recala en la isla de Johanna con una tripulación agotada, exhausta y hambrienta. A punto de darse botín y canibalismo no le queda otro remedio que ponerse manos a la obra y asalta tripulaciones musulmanas, portuguesas, holandesas y armenias, estas útimas bajo patrocinio francés. Decir, que tales asaltos los dio para satisfacción de la tropa ya que a excepción de para con Francia no tenía vitola de autorización por Londres. De regreso a Boston es tratado poco menos como un delincuente si bien, alega que aquellas embarcaciones eran francesas (las armenias iban bajo pabellón francés en los papeles). Pero hete aquí que los papeles han desaparecido. Sustraidos por Bellomont, gobernador de Boston aparecieron al cabo de 200 años y todavía se conservan. Esta sustracción le valió la pena en la horca tres veces ya que fue el tercer nudo el cual no se rompió al lanzar a Kidd al vacío en su ejecución. Para colmo de males su cuerpo se colgó durante tres años en una jaula a orillas del Támesis. Como ya he señalado antes se suponía Kidd escondía un gran tesoro que dio pábulo a la novela "La Isla del Tesoro" de Robert Louis Stevenson.

    



 
 Queen´s Anne Revenge era el barco del capitán Teach. Edward Teach más conocido con el remoquete de "Barbanegra". Luenga y negra barba era la que lucía, las más de las veces esta rematada en sus puntas con lacitos de colores. Nacido en Bristol su nave era de las más veloces del Caribe. Tan pronto estaba en Honduras como en Virginia y era imposible darle alcance. Teach "trabajaba" para el gobernador de Carolina del Norte un tal Eden el cual contemplando que Teach era un psicópata del mar y que con él no iba sino a tener problemas con Inglaterra consintió en casarlo con una americana de 16 años para que así sentara cabeza pero no sabía que Barbanegra se había casado ya trece veces. Libidinoso Teach a pocos días del casorio consintió la tripulación ayuntara con su nueva mujer uno detrás de otro. Rijoso él, pervertido voyeur disfrutaba contemplando la escena. Nombrar a Barbanegra era como nombrar al mismísimo demonio. El gobernador de Virginia puso precio a su cabeza allá donde estuviese Teach y en una escena digna de una película de piratas el teniente Maynard en un abordaje abrióse paso espada en mano y conminó al desesperado Barbanegra poco ducho con el acero a batirse en duelo. Poco duró Barbanegra. Acorralado por los mandoblazos de Maynard le dio estoque y una vez en el suelo le cortó ahí mismo la cabeza. Maynard regresó al puerto de Bath con la cabeza de Barbanegra colgada del bauprés de proa. Dicen ese día su barba llevaba lacitos rojos....

     
  El lector se preguntará si no tuvo féminas en su haber la piratería. Pues sí las hubo. Ambas se llamaban Ann Bonny y Mary Read. La primera, hija de una abogado le asestó una puñalada a su profesora por un quítame allá esas pajas cuando era una párvula. Prendada de un pirata llamado Jack Rackam consintió en disfrazarse de grumete y enrolarse en el barco de su amado. La otra, Mary Read era hija de una marino de la Compañía de las Indias Orientales el cual pasaba poco tiempo en casa. Su esposa quedó embarazada de otro hombre y su marido la abandonó dejándola al cargo de Mary y el recién nacido al cual hubo que pasarle una pensión. Muerto el niño de enfermedad, la madre divorciada comenzó a vestrir a Mary de chico pasa así fingir que el niño seguía vivo y cobrar la pensión. Mujer marimacho se enroló disfrazada de hombre en un carguero inglés el cual fue apresado por el pirata inglés Vane. Mary, aceptó de buen grado unirse a los rufianes pero Vane se acogió a una amnistía promovida por el gobierno inglés licenciando a la tropa. El Griffin que así se llamaba el barco pasaría a ser un barco cazapiratas pero............. la cabra siempre tira al monte y cambió el pabellón inglés por las tibias y las calaveras y ascendiendo a Rackam a capitán de la nave. Casualidad o no, Rackam se encontaba a bordo con Mary Read la cual le confió su condición y acordaron artes ayuntatorias en la cámara de popa siempre y cuando saliese de allí vestida de grumete. Al cabo de un tiempo se alistó Ann Bonny la cual había sido dejada en dique seco por estar en estado de buena esperanza y así las cosas el infelíz de Rackam se encontró dentro del barco con la mujer de su hijo y su amante. Una vez resuelto el embrollo, Rackam fue la mofa y la befa de la tripulación que veían como entre dos mujeres nuestro infelíz capitán tenía que sobreponerse una y otra vez de dos marimachos tremendamente celosos. Una vez apresado el barco se hizo un juicio donde el juez convino la pena de muerte para los tres. A excepción de Mary que estaba embarazada de Rackam por lo que el capitán había tenido dos hijos con ellas.


    Y este es un más que somero repaso a la piratería del Nuevo Mundo. A la edad de oro de los piratas la cual arranca con Hawkins y terminará con un pirata americano de orígen francés llamado Jean Lafitte. Lafitte se hizo rico, inmensamente rico con el apresamiento de barcos negreros en tiempos de la abolición de la esclavitud (1807). Laffite, un buen día dejó su tripulación y barco en tierra al igual que una isla llamada Barataria en donde se suponía estaba la mercancía humana y jamás se le volvió a ver. España nunca tuvo piratas a excepción de un tal Pedro Gibert que había asaltado al buque "Mexican" desde su barco "Panda". Fue apresado y ajusticiado junto a 4 tunantes más españoles cerrando así y definitivamente la piratería. Los españoles siempre tarde..... era el año 1835.

      A decir verdad la piratería no acabó por acto de contricción de sus patibularios marinos y capitanes sino por la revolución industrial que dio lugar al barco de vapor que hizo desistir a aquellos intrépidos tunantes los cuales vieron como sus clipper a pesar de que volaban sobre las olas definitivamente dependían del viento muy a diferencia de los vapores los cuales alcanzaban unas velocidades de vértigo, con o sin viento en popa. Esto, unido a una incipiente pérdida de las colonias de ultramar españolas, junto con que Inglaterra había perdido definitivamente sus territorios en EEUU olvidando un terruño pero ganando un socio acabó definitivamente con la cosariería y filibustería. Pero no nos entristezcamos..... Hoy en día también existen piratas. Los hay en Barbados, Panamá, Gibraltar, Islas Caimán, Bermudas, Islas Marshall..... el listado es infinito para operar vía telemática o maletinesca. Sin riesgos, sin barcos, sin tormentas, sin enemigo alguno.... sin moverse de una silla.


        Y..... ahora vedlo. Al margen del "Capitán Blood", "Rebelión a Bordo", "El Temible Burlón", "La Isla del Tesoro" o.... "El Cisne Negro" hay una que relumbra más que el sol y que la habréis recordado no pocas veces mientras leíais este post. Como no.......... "Piratas del Caribe".