viernes, 19 de junio de 2015

El Barón Rojo.




      Como bien imaginaréis el hombre siempre ha soñado con volar. Desde los primeros bocetos de Leonardo y sus máquinas voladoras, pasando por la invención del globo aerostático de los hermanos Montgolfier, hasta aquellos locos Hermanos Wright que en 1903 y en Carolina del Norte lograron hacer volar un artefacto inmensamente más pesado que el oxígeno ha sido así. A día de hoy, el hombre es el dueño indiscutible del espacio aéreo pero de ello tan solo hace un siglo. Pasión, espíritu de superación, evolución o.... simplemente poder?.

     
     Cualquier ejército que se precie tiene que tener tres diferentes estamentos, a saber: Tierra, Mar y Aire. Con estos mimbres, el ejército de Tierra siempre ha dotado a sus soldados de Infantería y Caballería. El de Mar, barcos y submarinos. Quedaba pues a resolver a principios del siglo pasado la incursión del Ejército en el Aire y... como no, en aviones. Fijaos a todas luces que hubo que contar con un arma nueva y completamente desconocida a la sazón sin desarrollar a todos los niveles y es que quien dominara el aire ganaría todas, absolutamente todas las guerras y sería el dueño indiscutible de esta pequeña pelota de tenis en medio de un océano cósmico llamada Tierra.

       Napoleón, visionario por antonomasia ya quiso utilizar globos para bombardear Londres. Esa Inglaterra tan dura de roer y que definitivamente fue su ruina, pero no es menos cierto que los españoles y los italianos tuvimos el más que dudoso honor de iniciar la guerra aérea. Italia por su parte en una guerra contra los turcos bombardeando Libia y España en una guerra contra Marruecos ambos países en el año 1911.

     
   La Primera Guerra Mundial fue la última gran guerra romántica. Aquella la cual mezcló sin ambages la Caballería y la Infantería todo en uno. Decir que fue el ocaso de los Imperios hasta entonces conformados. El Imperio Turco, el Austro Húngaro y el Prusiano acabaron con la Primera Guerra Mundial. Y darían lugar a una nueva potencia mundial la cual solo tenía 40 años de existencia: Alemania, como el moderno estado-nación que ahora conocemos. Y fue allí en la actual Polonia, lo que entonces era Prusia Oriental donde nació el personaje que nos ocupará unas pocas líneas. Su nombre Manfred Albrecht Freiherr von Richthofen, más conocido con el apodo de "El Barón Rojo".

       
   Nacido en el seno de una familia de rancio abolengo militar el 2 de Mayo de 1892, Manfred pronto encontraría acomodo en el ejército llegando a los 20 años a Teniente de Caballería. Manfred fue movilizado al frente oriental a combatir contra los rusos pero a posteriori sería enviado al frente occidental esta vez como soldado de Infantería. Díscolo en este sentido, el ejército le aburría sobremanera y no era para menos. El tedio era la moneda de uso corriente de una infantería que entre trincheras podía clavarse meses y meses para conquistar unos escasos 40-50 metros con no pocos peligros y penurias.

         Así las cosas, y al calor del lema "VIVE Y VUELA RÁPIDO, MUERE DEPRISA" decide movilizarse y pedir asilo como soldado de una incipiente aviación. Señalaré que para ingresar en la aviación había que estar extraordinariamente loco o ser un fanático. La vida de un aviador de la época estaba valorada en una media de duración de tres semanas Manfred y como veremos logró permanecer un poco más, 20 largos meses. Con estos mimbres, en su instrucción no logró destacar en exceso como era de esperar y fue destinado a aviones de reconocimiento para a posteriori demostrar eso sí, un extremado valor en combate y una gran capacidad de liderazgo.

       
   A estas alturas del post señalaré que entre Inglaterra, Francia y Alemania la capacidad de aparataje en un principio estribaba en unos 300 aviones para definitivamente al final de la contienda haber construido unos 150.000. Ahí era nada. En otro orden de asuntos los pilotos generalmente no morían por heridas, accidentes o simplemente derribados, no. Morían las más de las veces por el estrés al cual estaban sometidos en combate. Justo será recalcar que había combates los cuales duraban hasta 6 horas en unos aparatos de difícil y extremado gobierno, dotados de unas más que magras medidas de seguridad y expuestos de contínuo sus pilotos a los rigores de la presión atmosférica, viento, lluvia y frío. Decir que era muy, muy común ver un Fokker alemán o un Albatros estrellarse sin más en mitad de una pradera debido al desvanecimiento del piloto a todas luces exhausto en mitad de una batalla o un simple reconocimiento.

        Así pues Von Richtofen ingresaría en la escuela del aire en 1915 junto a su hermano Lothar para aprender los rudimentos de la aviación tanto en combate como de reconocimiento. Su bautismo de fuego no tardaría tras derribar a su primer avión en Cambrai, Francia el 17 de Septiembre de 1916. Recalcar que un calmo y sosegado Manfred se transformaba en la carlinga de un avión de combate en una águila de presa.

       
  1917 y dadas sus dotes como piloto se le confía la división Jasta 11 o lo que popularmente se le denominaría como "Circo Volante". Sus 14 aviones iban todo pintados de colores distintos para que se les viera en lontananza y así emprender de esa guisa combate aéreo. Que diferencia con los de ahora, verdad?. Donde la invisibilidad de los cazas es un decisivo factor sorpresa. Manfred no tuvo empacho pues en pintar su avión de un atrevido rojo púrpura ganándose así el remoquete de Barón Rojo. Fueron los años dorados de Manfred en compañía de su hermano Lothar y del que luego sería Mariscal del Aire y genocida nazi Hermann Göering. Los compañeros de Manfred tomarían a este como un suicida de proporciones bíblicas el cual no tenía rodeos a la hora de
arriesgar por completo su vida con tal de derruir un avión oponente, pretendía so pena ser derribado lo enterraran en ese mismo sitio con su avión. En otro orden de asuntos los aliados le tenían auténtico pavor. En cuanto veían su rojo avión sabían se enfrentaban a una más que muerte segura. Las estadísticas cantaban sobremanera y seguirían cantando así hasta en 80 derribos y 200 muertes. Y es que era la más viva representación de la muerte en el aire. Para que os hagáis una idea del riesgo ese mismo año y en la aviación británica cayeron 350 héroes, solo 150 lo hicieron en combate y 21 derribados por Manfred. Señalar que en una ocasión tuvo un duelo especialmente exigente contra un inglés. Un tal Lanoe Hawker al cual tras acosarlo sin cuento e instigarlo a maravilla definitivamente logró abatirlo. Lanoe era el piloto más experimentado de la época y mientras caía y ardía el inglés le dedicó un saludo militar mirándole fíjamente a los ojos. Cuentan que Manfred no pocas veces se despertaba en sueños tal como si en ese mismo instante estuviera viendo a Hawker saludarle antes de una muerte más que inminente. Manfred bajó a tierra y recogió la ametralladora de su enemigo muerto. La dispuso en el lateral de su triplano y le acompañó toda su vida como trofeo militar.

   

       
   Su avión favorito era el Fokker triplano. Un aparato lento en singladura pero extraordinariamente maniobrero y con una estupenda capacidad de remontar vuelo. Lo bautizó con el nombre de una mujer: "Lola". Señalar que ya para aquel entonces Manfred en Alemania era ya una leyenda. Estamos en época de guerra y cualquier nota al uso era motivo de exaltación de loas para el ejército alemán. Una de las prendas más codiciadas eran estampas sobre la figura del Barón Rojo que circulaban por un país que pagaría muy, muy cara esa guerra y que al cabo de algo más de 20 años volvería a pagar y esta vez un sobreprecio extraordinariamente exigente después de la Segunda Guerra Mundial.

           
    Para aquel entonces, Anthony Fokker había solucionado un gran problema en sus aviones y que pronto los aliados copiarían. Oriundo de los Países Bajos y establecido en Alemania desde 1910 logró algo completamente ingenioso. Que las balas de las ametralladoras pasaran a través de las hélices de sus aviones. Este prodigio lo consiguió gracias a una perfecta sincronización del giro de la hélice para con el tiro de la ametralladora que, a todas luces tenía que manejar el piloto. Aviones extraordinariamente ligeros hechos con únicos materiales tela, madera, acero, cuero y baquelita ya que el plástico distaba mucho todavía de ser inventado eran en el aire lentos a maravilla, si bien ya alcanzaban los 150 kilómetros por hora. Pero volviendo al interesante tema del disparo anteriormente estos pilotos se habían batido el cobre a pistoletazo limpio, sí. Como leéis. La aristocracia prusiana tenía un rancio abolengo en el noble arte
de la caza. Así las cosas, un soldado raso pilotaba el avión y detrás se colocaba un noble al uso tipo Von Richtofen. El noble era el encargado de cazar al enemigo con su pistola ya que el pilotaje no era absolutamente digno de la categoría social del aristócrata al fin y al cabo el piloto era un chófer. Solo fue cuando definitivamente se incorporaron ametralladoras al avión cuando los aristócratas prusianos se montaron en ellos y entonces iban de "caza". Y es que en la Primera Guerra Mundial las familias nobles se las prometían muy felices ya que se pensaban iba a ser una guerra de unos cuantos meses y que duraría lo justo en tanto en cuanto llenaran sus cuentas corrientes con el negocio de la guerra. Craso error, sus hijos al fin y a la postre acabarían muriendo en ella. Con honor, pero muertos.
   Así las cosas, los pilotos prusianos utilizaban el término "cazar" cada vez que se montaban en sus aviones e iban a por "trofeos". Para entender este concepto es básico saber que la guerra aérea eran duelos a muerte entre uno y otro adversario con reducidisimas posibilidades de escapar con vida. Decir que se conocían entre ellos y como adversarios. Por lo que siempre gustaban saber los nombres, escalafones y procedencias de sus víctimas. Por si fuera poco los "trofeos" eran cualquier cosa que recordara al avión abatido por lo que era extraordinariamente común bajar a tierra y extraer tal o cual efecto personal del infeliz derribado o simplemente una pieza del avión chamuscado.

     
     En cuanto a la muerte en combate, todo un desastre. Como ya he citado antes los aviones estaban hechos de materiales altamente volátiles. Las más de las veces ardían en el aire como yesca chamuscándose el piloto para de definitivo estrellarse en el duro suelo por si el infeliz tenía poco. En cuanto al paracaídas ni estaba ni se le esperaba hasta pasada la Primera Guerra Mundial. Aún así, librarte de una muerte segura en paracaídas no era nada fácil en la Segunda Guerra Mundial ya que había que invertir el aparato y caer por la propia acción de la gravedad. Mal negocio, máxime si tenemos en cuenta que esos aviones ya iban a más de 500 Km/H en un acto que para nada estaban entrenados, a vuelapluma y sin asiento que los eyectase. Creedeme si os digo que después del paracaídas el asiento eyectable es el artilugio que más vidas ha salvado en la aviación.

       Respecto al combate aéreo todo un espectáculo. El piloto se tenía que acercar a escasisimos metros de su contrincante para solo así poderle dar en el blanco en una tarea no apta para cardíacos por lo que la posición del sol era determinante a la hora de hacer blanco más fácilmente. Eso Manfred lo sabía a la perfección. Por añadidura como "cazador" luego depredador, entendía muy, muy bien la psicología del enemigo. Esto es, al aviador que no era firme, sublime y ducho en el manejo del timón y aún de la ametralladora iba por el. De ahí sus éxitos no escasos. Cada vez que entraba en combate analizaba a todas luces la psicología de sus adversarios.

 
      Pero volviendo a nuestro héroe, nos situamos en el 6 de Julio de 1917 con un Barón y una hoja de servicios avalada por 60 derribos cuando una esquirla de bala le tropieza en la cara. A toda prisa, y ante una imposibilidad más que tácita de seguir combatiendo Manfred decide abandonar y aterrizar para recibir asistencia sanitaria. Señalar que la herida era extraordinariamente fea y que le acompañaría el resto de sus días. Ante la pecaminosa situación el gobierno alemán decide prohibirle el vuelo ya que prefieren un héroe vivo a uno muerto. Se mascaba la tragedia para Manfred. Pero Richtofen niega en rotundo el abandono de su carrera militar y al cabo de unos meses solicita ingreso en el ejército. Resaltar que para aquel entonces su mecenas y fiel amigo Oswald Boelcke había sido abatido y Manfred había jurado vengarlo a toda costa y su hermano Lothar ingresa en el Jasta 11.

       
     Tanto en la Primera Guerra Mundial como en la Segunda la aviación británica fue la mejor del mundo. La capacidad de fabricación inglesa de aeroplanos era tan abrumadora que Alemania sencillamente estaba acorralada. y no tenía nada que hacer. Incluso con la capacidad bélica germana a todo gas y superando en Tierra y Mar a los aliados cosa que era imposible solo con los aviones ingleses hubiesen perdido igualmente la guerra. Malos tiempos para el Káiser. En esencia, Alemania estaba más que y si se me permite la expresión, funeralizada.

         Como bien he reseñado la herida de Richtofen estaba mal curada y supuraba sin parar. No lograban cerrarla y encima era de natural grave. No obstante, Manfred no tardaría en volver a irse de "caza" con su triplano rojo en unas condiciones lamentables.

       
    Nos situamos en el 23 de Abril de 1918. El ejército canadiense ya había entrado en guerra contra Alemania y Australia también. Era la misión número 58 de Manfred Von Rictoffen esta vez sería una vuelta de reconocimiento un tanto arriesgada adentrándose en líneas enemigas encontrándose lógicamente con un escuadrón inglés. Manfred, las más de las veces analizaba sus presas como buen cazador percatándose de un avión británico el cual titubeaba en demasía y se dirigió a derribarlo deduciendo era un novato. El piloto británico era un tal Wilfrid "Wop" May de la RAF. Desobediente, incauto y bravucón Manfred desoyó todo tipo de órdenes para un vuelo de reconocimiento. May bajó su altímetro a ras del suelo ante su falta de experiencia y el Barón Rojo lo siguió invadiendo tierra enemiga y seguido por el excelente piloto británico Arthur Roy Brown el cual disparó por detrás a Richtofen librando a May de una más que segura muerte reventando el avión de nuestro sietemachos particular.

       
    La bala, entró por el torso de Richtofen reventándole los pulmones, la cava, aorta y corazón provocándole la muerte para estrellarse acto seguido en la campiña francesa del Somme.

        A día de hoy....... mi versión no es para nada cierta. Hay ligeras controversias ya que hay exégetas los cuales acusan la realidad de la muerte del héroe alemán a un soldado de infantería que disparó desde tierra con una batería antiaérea y fue el que en realidad mató a Manfred. El gran problema estriba en que ambas ametralladoras portaban las mismas balas, llamadas .303 (extraño nombre para un calibre). El artillero se llamaba John "Snowy" Evans. Sea lo que fuere........ la leyenda del Barón Rojo había acabado.

         La pompa y circunstancia inglesa hizo que lo enterraran como él deseaba. En el mismo sitio donde murió y al lado de su avión. Yo,
como español hubiese escupido a su cadáver. Una banda británica entonó no se que canción, imagino sería el "Deutschland Uber Alles" y la hélice de su avión "Lola" hicieron de cruz en su nuevo avión que no era sino un ataúd. Señalar que una vez muerto Manfred fue sustituído por un peor fanático y ya mencionado: Hermann Göering como comandante en jefe del Jasta 11. Aún más idólatra si cabe si bien solo derribó 22 aviones (ahí era nada....) pero fue el responsable más que directo del exterminio de 6.000.000 de personas en la Segunda Guerra Mundial. Creador de la Gestapo y de las SS, cleptómano (acumuló la práctica totalidad del arte europeo en su castillo) sin cuento y morfinómano deslumbrante. Reichsmarshall del Tercer Reich.

     
     Y esta es, queridos amigos la historia y homenaje al Barón Rojo. Admiración, buen hacer en tiempos de guerra o.... fanatismo. Para mí, de natural pacífico lo último. Héroe o as, sin lugar a dudas, si bien los héroes salvan vidas no las cercenan.

       En mi opinión el Teniente Manfred Von Richtofen fue un individuo fagocitado por su estirpe prusiana y un exacerbado nacionalismo alemán que luego se tornaría en Nacionalsocialismo por mor de los acontecimientos y que de no haber muerto hubiese acabado como uno más de los edecanes de Hitler al igual que Göering o..... se hubiese convertido como Adolf Galland o Rommel en unos auténticos militares con una ética más que probada?. Lo dudo bastante. Siempre fue un fanático que desafió el riesgo.

     
  En Francia, Rolland Garrós y en España García Morato, junto con Richtofen en Alemania y Hartmann condecorado con la Cruz de Caballero con Hojas de Roble Espadas y Diamantes en la Segunda Guerra Mundial, ases de la aviación los hubo a decenas pero..... como el Barón Rojo y en los albores de la aviación militar ninguno.

       

   




       Y ahora escuchadlo: Como nada se me ocurre cuestión de echar risas. Barón Rojo..... Te cagas. "Vas sin afeitar dice el Sheriff del lugar y además con tías buenasssssssssssss!. Su puta madre!!!!!! Que grandes!!!!. Mi rollooooo es el rock!!!!.









   

viernes, 12 de junio de 2015

Blas de Lezo y la resistencia de Cartagena de Indias.



     

       Resulta extraordinariamente bravucón celebrar fastos y oropeles, acuñar moneda y medallas antes de un partido entre el Real Madrid y el Sporting de Gijón en la final de la Copa del Rey. Pero el dicho popular reza siempre y aconseja no vender la piel del oso antes de cazarlo. Batallas y más batallas se perdieron por subestimación del enemigo. Pero dudo bastante haya habido una más estrepitosa pérdida que la de Inglaterra a manos de un extraordinario militar, Blas de Lezo en la defensa de Cartagena de Indias y que otorgó por sus méritos un control sistemático del Atlántico por parte de España de 60 años más. Hablado hasta la saciedad, comentado y discutido el desastre de la Invencible no fue baladí. Diversos factores, entre ellos ya no la superioridad artillera inglesa sino los elementos dieron al traste con un auténtico ejército como jamás vieron los siglos. Felipe II y su Empresa de Inglaterra se vieron fagocitados en no poco por la excelente maquinaria naval británica. Pero donde las dan las toman y de ahí al ridículo hay un paso. Porque sí, amigos de este blog, Inglaterra hizo la risa en la historia que os voy a contar a continuación. Blas de Lezo y la resistencia de Cartagena de Indias.


    PATA PALO QUE NO ERA UN PIRATA MALO:


        Corría el año 1689 y más en concreto un 3 de Febrero cuando vendría al mundo un pequeño que pronto sentiría la pasión por la marinería y las armas a la tierna edad de 12 años. Su nombre, Blas de Lezo, vasco a la sazón, esas Vascongadas que tantos y tantos insignes y brillantes marinos dio sería sin duda alguna el punto de partida de nuestro protagonista. Como bien he apuntado, Blas ingresa a la tierna edad de 12 años en una flota francesa al mando del Conde de Toulosse como Guardamarina y así las cosas adquirir experiencia marinera.

       
Año 1704. Estalla la Guerra de Sucesión Española entre las católicas España y Francia y las protestantes Inglaterra y Holanda. Su debut fue de armas tomar y nunca mejor dicho en Vélez, Málaga y combatiendo como un poseso a la edad de 15 años una bala de cañón logra atinarle en pierna izquierda teniéndosela que amputar a la altura de la rodilla. Cuentan no profirió un solo lamento cuando el cirujano con ayuda de una sierra le cortó tal extremidad. Habiendo demostrado cuajo sin límites en la refriega y valentía a maravilla es ascendido a Alférez de Navío.

       EN TIERRA DE CIEGOS EL TUERTO ES REY:

         
Año 1710, Sitio de Tolón una esquirla de bala procedente de un cañón se le incrusta en el ojo izquierdo estallando así su globo ocular. Blas de Lezo había quedado cojo y tuerto. Tras una breve convalecencia, ya que al fin y al cabo tan "solo" había perdido un ojo es ascendido a Teniente de Guardacostas a la edad de 21 años. Destacar que tanto en la primera lesión como en la segunda a Don Blas le habían ofrecido diversos cargos funcionariales en tierra dado que se le tenía por inútil en el arte de la guerra rehusando todos ellos.

          ANTES TE QUEDES MANCO QUE ECHES FIRMA EN BLANCO:

       
Año 1714, asedio de Barcelona. Una bala de mosquete perdida por casualidad logra impactar en el brazo derecho de aqueste nuestro personaje. Como podéis observar nuestro protagonista quedaba ya de facto y sin posibilidad alguna de retracto hecho un cristo. Su situación en lo físico era ya lamentable. Decir, en su favor que el pobre hombre y a Dios gracias, tenía la pierna izquierda y el brazo derecho amputados por lo que si hubiesen sido ambos del mismo lado no se que suerte hubiese corrido. Evidentemente peor. Si bien una buena pata de palo o de narval como llevaba el Capitán Ahab en Moby Dick hacían las delicias de los inválidos de la época.

           PATA PALO O.............. MEDIO HOMBRE......:

         
 Con estos mimbres y ya con poco que ofrecer, Don Blas es ascendido a Oficial de Marina y la situación en las colonias atlánticas se hacían insostenibles debido al pirateo y corsarieo las más de las veces inglés. Enviado a las inmediaciones de Perú logra estabilizar la zona y los piratas sabedores de la fama de Don Blas no dudaron poner pies en polvorosa cuando se acercaba con sus barcos. Era el año 1723, y su reputación intachable.

           Blas, tuvo tiempo para el amor en su periplo por el Nuevo Mundo y se casa en Lima si bien su deber lo llama para el noble arte de la guerra naval. Reclamado, regresa a España donde se le inviste de General del Mar en acto más que solemne para un hombre el cual habíase dejado medio cuerpo guerreando. Era el año 1730 y tenía 31 años.

       
    Nuevamente reclamado por su país, Don Blas es enviado a Génova a dirimir un "quítame allá esas pajas....". La República Genovesa tenía en posesión 2.000.000 de Pesos que eran propiedad de la Corona Española. Don Blas, ya con una extraordinaria nombradía y sin apenas formulismos insta a los genoveses a devolver tales dineros. Los amenaza so pena cañonear la ciudad desde del mar. Los genoveses aterrorizados devolvieron el botín a la corrida. Don Blas, no contento con el botín ya en sus manos conmina a los genoveses a izar bandera española y rendirle justo homenaje y pleitesía ante lo cual también acceden. Fin de la cuestión. Se había ganado La Orden del Toisón de Oro y la Orden del Espíritu Santo de la mano de Felipe V.

         
       A estas alturas de la película a Blas de Lezo sus compañeros lo llamaban "Pata Palo" o.... "Medio Hombre". Decir que si bien no le hacía exceso de gracia lo tomaba como algo sin importancia.

            Año 1732. Sitia Orán con nada más y nada menos que 300 buques y 30.000 soldados de infantería. Una vez retirado, Bai Hassan moro de natural insolente vuelve a sitiar la ciudad acudiendo Don Blas con 6 navíos y 5000 hombres. Bai Hassan le tiende una emboscada entre su nave capitana, su flota y un fuerte en la costa. Decir de Blas de Lezo no se sintió arredrado y venció a la pertinaz moruna.

           Pero.... ahora llegamos a la piedra angular de este nuestro post. Será justo decir que el Imperio Español se acababa en Europa. Así las cosas, quedaba por defender las colonias de ultramar y su comercio. El centro neurálgico de tales mercaderías que salvaban a España de ruina inminente era Cartagena de Indias, la actual Colombia. Y... un pirata inglés, un tal Jenkins osó merodear por la zona. Apresado y liberado después por un tal Juán de León Fandiño antes de marchar le cortó la oreja y le dijo: "DILE A TU REY QUE SI VUELVE A MERODEAR POR AQUÍ HARÉ LO MISMO CON SUS OREJAS".

           El parlamento británico, reunido ante tal afrenta y escarnio decidió tomar cartas en el asunto y así estalló "La Guerra de la Oreja de Jenkins" una guerra que ha pasado a los anales de la Historia como una de las nunca recordadas y luego diré porqué. A estas alturas, decir que fue una solemne excusa. Los ingleses querían mutilar ya de una vez por todas a España tomando su plaza fuerte, Cartagena de Indias.

          De aquella, y para muy, muy mala suerte británica Felipe V había situado como Gobernador
de Cartagena de Indias a Blas de Lezo en el año del Señor de 1737 y Don Blas estaba ya bien avisado de la que se le venía encima. Con una flota extraordinariamente más grande que la Invencible los ingleses partieron para Cartagena al mando de un matasiete, el Almirante Vermont.  186 navíos (60 más que la Invencible), 10.000 tropas de asalto, 12.000 marineros y 1000 macheteros negros jamaicanos para que actuaran como tropas de vanguardia y los señoritos ingleses no se manchasen las manos partieron de tan magno estilo. Todo un bosque de barcos acecharon Cartagena de Indias. Como contraposición, Blas de Lezo, un fuerte, 6 navíos, 2300 regulares y 600 arqueros indios. Perfecto.
      Eso sí, Vermont contaba con un personaje de excepción. Nada más y nada menos que el hermanastro de George Washington, Lawrence Washington esclavista de prestigio al mando de una recluta de 4000 virginianos. Esclavos, claro......... estoy completamente convencido que en la gallardía y flema británica un almirante no osaba sacársela para mear si no era con un esclavo al lado.

         
Vermont, se las prometía muy felices. Cuestión de 3 días sería tal sometimiento. Don Blas sustrajo de sus más que miserables barcos 1000 piezas de artillería y las situó a lo largo y ancho de la ciudad. Por si no fuera poco, hundió los 6 navíos a la altura de la bocana del puerto para entorpecer el calado de los buques ingleses y así comenzó el asedio.

          67 días y 67 noches duró el mismo. Cuentan que los habitantes de Cartagena salieron hartos de un asedio mañana, tarde y noche. Un auténtico desastre. Vermont, incapaz de tomar la ciudad a distancia decide desembarcar y los españoles bien atrincherados con trampas, bastiones, fosas sin cuento hicieron frente no con poco éxito la que se les venía encima. Señalar que las tropas inglesas caían como moscas y a velocidad de vértigo en parte por las heridas y muertes, en parte por las enfermedades. Lo cual y dicho sea de paso, el desembarco siempre fue el último recurso británico. Sobrados de cañones y culebrinas como artilleros a la galana eran magníficos, en abordaje un desastre. Definitivamente Vermont asumió que era completamente imposible tomar esa ciudad con un demonio dentro. Ese demonio era nada más y nada menos que Don Blas de Lezo.

         
   La retirada inglesa fue extraordinariamente lamentable y a la desbandada. Barcos con pabellón británico fueron abandonados a su suerte entre otros que sí les dio tiempo de hundirlos para no caer en manos del enemigo. Sencillamente no quedaba tripulación para gobernarlos. Un desastre en toda regla.

           Si bien la Inteligencia inglesa en La Empresa de Inglaterra dio sus frutos, esta vez fue lo más parecido a la Vieja del Visillo. Tras dimes,
diretes y embustes sin cuento Vermont había partido como indiscutible caballo ganador. Jolgorios, fiestas, juergas y guateques se dieron a diestra en Londres pero definitivamente, Vermont estaba abortado a siniestra. Se acuñaron monedas y medallas a modo de celebración y es que expulsar definitivamente al contumaz español de sus posesiones de ultramar no era poco. Cual no sería la sorpresa del Rey Jorge II cuando en realidad se enteró del desastre. A modo de escarnio, España también acuñaría sus medallas y monedas pero esta vez basadas en la verdad. Y.... la verdad os hará libres (San Juán 8.32)

         En España hubo mofa y befa, risotadas por doquier en un ridículo que pasaría a la Historia como uno de los mayores castigos si no el mayor que sufriría Inglaterra a manos de la Armada Española. Vermont, denostado, humillado se retiró de la vida marítima y el rey Jorge II ordenó que a partir de entonces ni un solo historiador inglés tendencioso o no para con su Graciosa Majestad diera pábulo a escrito, crónica, chisme o fábula de lo acaecido en Cartagena de Indias. Se borró literalmente de la crónica negra de la Armada Inglesa y de la Historia de Inglaterra. Sabido es que los ingleses son grandes historiadores las más de las veces para lo que les intereresa. En este caso no hubo ni un solo cronista hiciese somero apunte sobre lo que aquí os relato ni para un bando ni para otro.

         Como bien os he apuntado antes, la batalla dio lugar a la prolongación de un sistemático control del comercio marítimo en el Nuevo Mundo por más de 60 años. Ahí era nada. Por lo que España se volvió fuerte otra vez.

         En cuanto a Don Blas, nuestro héroe corrió mala suerte. 6 meses después moriría a resultas de las heridas en la batalla un 7 de Septiembre de 1741 ostentando el título de Marqués de Ovieco. Como ya es natural y de fea costumbre a día de hoy es otro español donde no se sabe fue enterrado. España es muy desagradecida con sus campeones a excepción de los futbolistas.

       
     Hoy en día, la flota española posee una fragata de la clase Álvaro de Bazán. La Blas de Lezo F-103. Por añadidura el definitivo golpe de gracia a la Armada Española no se la dio Inglaterra, se la dio un francés. El infame Villeneuve el cual comandaba la escuadra franco española en Trafalgar. Incompetente a maravilla salió de Cádiz sin el permiso de Bonaparte para ganarse los favores de Napoleón. De hecho, Bonaparte estaba a un tris de destituirlo pero Villeneuve obró a su aire gracias a sus servicios de inteligencia. Incapaz de gobernar una balandra sucumbió ante un héroe inglés de los mares, Horacio Nelson. Villeneuve tras el desastre murió en extrañas circunstancias y es que Napoleón sabía muy bien que almirantes españoles tales que Churruca, Gravina o Alcalá Galiano eran extraordinariamente mejores que su lamentable edecán. Después de Trafalgar Inglaterra pasó a ser la indiscutible reina de los mares.

          El 29 de Junio de 2005 se celebraron en Inglaterra los fastos de conmemoración del 200 aniversario de la victoria de Trafalgar. España mandó un buque. Cual creéis que fue???. A todas luces la fragata "Blas de Lezo".

           
Y... esta es la historia de uno de las mentes más preclaras que dio la Armada Española. Escasamente reconocido, ahora más que reivindicado, a Blas de Lezo se le hizo su primera estatua en Cádiz  el 12 de Marzo de 2014 para y a posteriori hacerle otra en Madrid el 15 de Noviembre de ese mismo año e inaugurada por el Rey Juán Carlos I. España sabe muy mal reconocer a sus héroes muy a diferencia de Inglaterra. Evidentemente ni en Francia Villeneuve ni en Inglaterra Vermont se merecen estatuas pero si por ejemplo Horacio Nelson tiene una magnífica en una más que espectacular plaza en Trafalgar Square. El día que visité tal plaza una de las más bonitas que he visto en mi vida un escalofrío me recorrió la espina dorsal. Nelson está extraordinariamente representado encima de su columna y desde su posición domina el Palacio de Westminster. En el museo de Madamme Thussaud también está genialmente reproducido. Otro héroe tal que Lezo. Esta vez inglés.




           Bueno.... un héroe más español. Esta vez en la figura de Don Blas de Lezo. Aquel que logró elevar a las alturas a España. Aquel que logró prolongar por más de 60 años la dignidad de un imperio allende los mares porque sí es cierto que los Tercios de Flandes cerraron en Rocroi la última etapa imperialista y continental española en Europa para definitivamente dirigirla hacia América.


      Y.... ahora leedlo:

        No se me ocurre referencia, canción ni película al respecto. Con estas trazas recomendaré a modo de complemento otro post de mi blog que ocupa el desastre de la Empresa de Inglaterra de Felipe II. Para los neófitos "La Armada Invencible". Término manipulado por Inglaterra para exacerbar su heroísmo. Si era "INVENCIBLE" para que los ingleses se molestaron en combatirlos?.

http://laverdadteharalibre6.blogspot.com.es/2014/06/la-armada-invencible-la-empresa-de.html



        

viernes, 5 de junio de 2015

El Gran Capitán y los Tercios de Flandes.

 Doscientos mil setecientos treinta y seis ducados y nueve reales en frailes, monjas y pobres, para que rogasen a Dios por la prosperidad de las armas españolas.
- Diez mil ducados en pólvora y balas.
- Cien millones en palas, picos y azadones, para enterrar a los muertos del adversario.
- Cien mil ducados en guantes perfumados para preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de sus enemigos tendidos en el campo de batalla.
- Cincuenta mil ducados en aguardiente para las tropas, en días de combate.
- Ciento sesenta mil ducados en poner y renovar campanas destruidas por el uso continuo de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo.
- Millón y medio de ducados para mantener prisioneros y heridos.
- Un millón en misas de gracia y tedéums al Todopoderoso.
- Tres millones de ducados en sufragios por los muertos.
- Siete mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados en espías y escuchas.
- Cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el Rey pedía cuentas al que le había regalado un reino.»


Con estos mimbres empiezo hoy nuestro nuevo post. Como podréis sospechar no es la contabilidad "B" de ningún partido politico actual Son otras cuentas, las del Gran Capitan. Aquellas que sí existen en el Archivo General de Simancas y aquellas según dicen expuso al final de sus campañas a un rey en no poco desagradecido, mezquino sin cuento y casquivano a maravilla. Ese Rey fue Fernando II de Aragón más conocido como  Fernando el Católico y el que se las presentó Gonzalo Fernández de Córdoba como sobrenombre "El Gran Capitán." Y es que según cuentan, Fernando recién muerta su mujer Isabel de Castilla urdió un feo complot hacia la persona de Gonzalo Fernández de Córdoba. Cuentan muchos cronistas que el rey tenía una más que declarada envidia a Fernández de Córdoba y cuentan también los exégetas que esta envidia era cretinamente apoyada por otra más que cretina casta, La Santa Inquisición. Sea lo que fuere, la cosa va de primos. Fernando V de Aragón era primo de Isabel de Castilla. Por lo que se tuvieron que falsear sus abolengos para poder casarlos mediante una bula falsa ya que el Papa Paulo II no otorgaba dispensas. No solo eso, Gonzalo Fernández de Córdoba era a su vez primo de Fernando el Católico ya que sus abuelas eran hermanas y al fin y a la postre primo también de Isabel de Castilla a la hora de su matriomnio con Fernando. Ahí era nada..... 

Hoy, me permitiréis unas cuantas líneas acerca del mayor militar español que dieron los tiempos. Aquel que cambió por completo el sistema bélico de la época, aquel que indefectiblemente de más de 100 campañas militares solo perdió una y aquel que actualmente se está empezando a reivindicar y ya de una vez por todas por muchos españoles. Quizá si los españoles conociésemos más nuestra historia pródiga en sesgos y nos preocupásemos más en entenderla no haríamos el esperpento pitando himnos.

Nos situamos en Montilla, Córdoba en un año que de facto pasaría a la posteridad, el año 1453. Nos adentramos de la mano de ese año en la Historia Moderna y abandonamos la Medieval no en vano, Constantinopla había caído a manos de los Turcos. Era el ocaso de un imperio, el Bizantino y el orto de uno nuevo, el Otomano. Gonzalo fue segundo hijo de un matrimonio de aquella Baja Nobleza la cual tenía una serie de privilegios tanto económicos como sociales, pero al fin y a la postre, un desheredado. Señalar que por aquel entonces, el hijo mayor heredaba la fortuna de los padres y al segundo se le formaba eclesialmente o en el noble arte de la guerra. Educado por el Notable Pedro de Cárcamo ya desde pequeño, Gonzalo tuvo excelente educación basada en la honradez, la piedad y la virtud además de tener conocimientos sobre la lengua árabe.

ESPAÑA MI NATURA:
Señalar que los tiempos estaban revueltos, muy revueltos y Gonzalo, adscrito a las tropas de Isabel de Castilla tuvo el honor de hacerlo en Portugal. Para aquel 1479, fue un distinguido militar de la Batalla de Albuera y dicen fiel adláter de Isabel I. Tan fiel que según cuentan pudieron ser amantes. En otro orden de asuntos quedaba en la península y a resolver la cuestión de Granada. Isabel y Fernando, a la sazón Reyes Católicos se lanzaron a conquistar la ciudad en un periplo militar de no menos de 10 años. Los árabes fustigaban, azotaban a la infantería española adoptando la guerra de guerrillas por lo que Gonzalo tuvo que reorganizar por completo el organigrama militar para así y definitivamente el 2 de Enero de 1492 Boabdil entregrara las llaves de la ciudad de Granada. La Reconquista había pues llegado a su fin y se firmaban las Capitulaciones de Santa Fe.

 ITALIA MI VENTURA:

Pero la vida del militar del Siglo XV tenía el sino de acabar una campaña para iniciar otra. 1497, Carlos VIII de Francia envía un contingente militar en expedición punitiva al Reino de Nápoles inminentemente adscrito al Reino de Aragón. 30.000 infantes serían enviados para conquistar tal territorio. Señalar que tanto los jinetes como ballesteros franceses eran a la sazón los mejores de Europa ya que venían curtidos de la Guerra de los 100 años que duró exactamente 116 abriles. El Rey de Nápoles pide auxilio a Fernando de Aragón si bien éste poseía unos magros efectivos nada comparables con los franceses y es cuando se pide ayuda al Gran Capitán. Señalar que Gonzalo era hombre de buena planta y porte en lo militar y ya en la Guerra de Granada había estado modificando por completo el arte de la guerra. Era al fin y a la postre un más que notable estudioso por lo que diseñó el Tercio depositando por completo su confianza en la Infantería junto con el apoyo naval siendo Capitan General de Tierra y Mar. El Tercio estaba formado por tres figuras elementales ideadas por él, a saber:

  - Una primera línea de alabarderos para con sus lanzas contener al enemigo.
  - Una segunda línea de arcabuceros.
 -Y.... definitivamente una tercera línea de Infantería en mezcolanza con Caballería.

Los Tercios se dividían a su vez en compañías al mando de un Capitán generalmente de natural hidalgo para luego dividir esas compañías al mando de Alféreces.

Llegados a este punto, es justo reseñar que el soldado español participaba en sus campañas en desigualdad de condiciones físicas al francés, alemán o suizo. Eran soldados mal alimentados, mal dormidos, se las veían y deseaban para cobrar unas soldadas por parte de un rey inminentemente rata y desagradecido pero su ímpetu y furia sobreponiéndose a tales adversidades tanto en el plano personal como de campo de batalla eran de un mérito más que notable.

En cuanto a los franceses eran divididos en Lanzas de seis combatientes cada Lanza, a saber:

          -Un Caballero.
  -Dos Ballesteros.
  -Dos Escuderos
  -Un Garçon el cual hacía de enlace entre el resto de las Lanzas.

Fernando, llegados a este punto de la contienda envió a 5000 jinetes y 6000 infantes al mando de el Gran Capitán ganando la Batalla de Regio de Calabria y propinando un severo castigo a los franceses en esta primera campaña para luego en una segunda vía tierra y mar hacerse con el control de Nápoles no sin antes haber firmado la capitulación los franceses. Y es que a pesar de que Francia poseía todavía efectivos suficientes la que se les avecinaba no era manca. El Gran Capitán ostentaría el título durante 4 años de Virrey de Nápoles. Gonzalo, nunca fue amigo de masacres en el campo de batalla si bien he de decir que en Regio se produjo un castigo más que brutal a la tropa francesa la cual fue pasada a cuchillo. Fue la única vez que lo hízo con la firme preferencia de que cundiera el pánico entre las filas francesas. Y..... surtió efecto. Ya no tuvo que hacerlo nunca más. Fue en la segunda expedición de Gonzalo cuando definitivamente expulsó a los franceses por violar un tratado entre Fernando y el rey francés en la Batalla de Savignola donde el castigo fue mayúsculo: 3000 franceses muertos contra 100 españoles fallecidos. Señalar que ya para entonces se había ganado la justa fama de hombre piadoso y no pocos franceses abandonaban sus impedimentas para garantizarse una salida cuando menos honrosa y salvar sus vidas. Fue este uno de los hechos los cuales más fama dio a Gonzalo y a la vez mayores pingües beneficios le proporcionó.






Llegados a este punto, se establecieron por diversas localidades españolas puntos de captación voluntaria para los Tercios de Gonzalo Fernández de Córdoba. Loado gracias a sus victorias, su entendimiento tanto de la tropa como de su edecanía, su justicia sin límites en el campo de batalla propiciaron que no pocos corrieran a apuntarse para combatir junto a él y conocerlo en persona. Esas reclutas se hacían mediante un tambor. Un soldado de su majestad recorría las localides con un
tambor anunciando captación militar. De ahí el sobrenombre de "caja de reclutas". El primer contrato era de 10 años y en el supuesto caso hubiese otro el reenganche eran 10 años más. Así las cosas, hubo muchos soldados que solo conocieron la perra vida de los Tercios. Pasaban hambre, frío, calor, enfermedades, amputaciones y miserias a maravilla unos soldados que dada la ruindad de su rey las más de las veces no cobraban la soldada y si lo hacían tarde y sin la cantidad prometida ya que de sus uniformes se les descontaba todo. Eran pobres soldados o soldados pobres como se quiera denominar pero sin duda alguna los más valientes y efectivos de Europa en manos de su legendario Capitán. Creédme que su situación era más que calamitosa.


Las campañas eran extraordinariamente largas y en una ocasión se produjo un duelo entre caballeros. Se había corrido la voz por la zona que los franceses eran los mejores caballeros de toda Europa. Gonzalo, molesto reunió a sus caballeros y desafió a los franceses a una lucha sin cuartel entre 11 caballeros de los Tercios y 11 caballeros franceses. El encuentro duró más de 5 horas. Es cierto que los franceses en no pocas ocasiones estuvieron a punto de pedir la rendición pero el juez dando por suficiente el espectáculo declaró el mismo en tablas.

     También la flema francesa hacía de las suyas en lamentables espectáculos. Caballeros franceses se paseaban cerca de las líneas españolas dejando letreritos los cuales cretinamente conminaban a Gonzalo a que los atacara de una vez por todas a modo de desafío. Gonzalo respondía de la misma forma alegando que él atacaría cuando lo considerase oportuno y no cuando le invitasen sus enemigos. Hasta ahí llegó su fama entre sus enemigos.

España es de natural poco agradecida con sus héroes. Gonzalo Fernández de Córdoba tuvo como principal enemigo su fama y popularidad. Con estos mimbres no es de extrañar que el bellaco de Fernando El Católico y a la muerte de su esposa y prima Isabel de Castilla Gonzalo fuese reclamado a España y el régulo le pidiera cuentas ya que se tenía sospechas de alzamiento de bienes por su parte. Gonzalo, demoró su vuelta todo lo que pudo para definitivamente postrarse ante su rey con un listado contable de lo que había y no había gastado. Por lo visto el mezquino de Fernando no se había enterado que Gonzalo había hecho ganar al estado español más de 100.000.000. de Ducados y evidentemente lo dejó ir en paz. Humillado por un desagradecido rey se retiró a Loja (Granada) donde murió muy tranquilo en el año 1515.

A día de hoy al populacho si le preguntas por Gonzalo Fernández de Córdova te dirá que así es justo como se llama su vecino del Segundo A y si le preguntas por Fernando El Católico te dirá que fue el mejor rey que tuvo España y muy piadoso porque expulsó a los judíos. Es normal, para que nos vamos a engañar si ninguna autoridad ha reclamado su obra y menos educado a sus cachorros salvo para pitar himnos... Recientemente reivindicado por muchos sectores ideológicos tildados falaciamente de rancios a día de hoy son los únicos que socialmente loan la labor del mejor militar español que dio España y la Europa de su tiempo junto a Blas de Lezo, Don Álvaro de Bazán a la sazón Marqués de Santa Cruz y del General Prim. España tiene bastante complejo a la hora de requerir héroes como los aquí citados y un complejo ya contra natura tremendamente exacerbado en su afición hacia la mentira histórica y el tópico liandola ya parda en mezcolanza con la política. El confundir, junto con la poca ilustración dan lugar al disparate y al ridículo que dicho sea de paso es endémico en el español de a pie, bueno de natural pero patán y destripaterrones sin cuento.

FLANDES MI SEPULTURA:

     Como colofón y justo agradecimiento a aquellos que dieron sus vidas por la gloria de España en innumerables victorias haré un más que somero apunte sobre la creación del Gran Capitán y su legado, los temidos Tercios de Flandes. Los mejores soldados que dio Europa:

   
A decir verdad eran los denominados Tercios Viejos de Flandes aquellos que por su experiencia en batallas y escaramuzas se ganaron tal apelativo. Por lo general los Tercios estaban dotados de gente de natural menesteroso acostumbrados a los rigores del campo, del frío y del calor. Señalar que en España y ya entonces poco había más que hacer. Como ya he expuesto antes la industria y la banca estaba quebrada por la expulsión de los judíos y en España había cuatro opciones para el vulgo. La Primera marchar de forma incierta a América. Se calcula que más de 5.000.000 de españoles fueron allí. La segunda morirse de hambre. La tercera contraer estado religioso por lo que la vianda así y a vuelapluma estaba asegurada y la cuarta ingresar en los Tercios, ahora ya sin el Gran Capitán y sí como fuerza de choque. Su lema: "ESPAÑA MI NATURA, ITALIA MI VENTURA, FLANDES MI SEPULTURA." Es por ello por lo que he subdividido este post en tres capítulos.

   

   Los Tercios conquistaron la práctica totalidad de Europa. Se calcula que sus conquistas brillaron por más de 150 años. Hombres rudos de madera y pedernal se les exigía combate con honor y ser duchos en el manejo del cuchillo y el espadín. En otro orden de asuntos, el Tercio y desde la soldada no hacía remilgo alguno en cuanto al origen del aspirante el cual si reunía unas condiciones podía llegar a Maestre y os aseguro que con una gran reputación y reconocimiento social. En un principio, se firmaba un contrato como antes he dicho de 10 años pero poco a poco se fueron relajando las cajas de reclutas dando lugar a mercenarios venidos de tal o cual región y llevados a una batalla u otra. Señalar que las pagas con uno u otro rey eran siempre las mismas. Soldadas miserables, tarde mal y nunca si bien el soldado tenía que jugarse la vida de continuo y estar sometido a cierta disciplina militar si bien la camaradería era frecuente entre mandos y subalternos.

Señalar que el ingreso en los Tercios no era patrimonio exclusivo de españoles. Los había portugueses, suizos, alemanes, franceses..... de todo pelaje y nacionalidad. En cuanto al uniforme nunca era homogéneo si bien lo unían no pocos cánones. Se podía discernir la procedencia social del soldado sobre todo en el espadín ya que las espadas eran unas de mejor calidad que otras. Así y en esencia vestían siempre un jubón de cuero, sombrero de ala ancha, pantalones bombachos de esos que popularmente se denominan como "cagaculos", botas altas dobladas a la altura de las rodillas, camisa con cuello doblado a la valona y dos pañuelos, uno en el cuello de diversa procedencia y uno rojo siempre en el brazo. El del cuello era para utilzarlo en diversas lides militares y el del brazo para poner de manifiesto la vitola de pertenencia a un Tercio Viejo Español. La Cruz de San Andrés también identificaba al soldado con su Tercio. En cuanto a las clases sociales estaba el denominado "picasele" orientado al vulgo y el "coselete" más propio del hacendado. El color de su uniformidad era el marrón evitando siempre el negro más que nada para no ser visto de lejos y a la llegada de Felipe II al poder se optó por un uniforme cada vez más homogéneo en los nuevos reclutas. Pobres de solemnidad la inmensa mayoría de ellos robaban en el frente la indumentaria de sus camaradas muertos y su uniforme era descontado del pago por su reclutamiento.

Era extraordinariamente común operar en escaramuzas de cosecha propia siempre y cuando se hiciese con honor y no fuera en contra de los intereses del Tercio ni de España. Por lo que muchos mercenarios obtenían grandes botines en incursiones espontáneas. Y es que eso en cierto modo llegaba a paliar la escasez de la soldada que las más de las veces tenía que buscarse la vida en tal o cual lid. En esencia hacer horas extras trabajando como autónomo. Y es que el autónomo siempre fue hombre de natural contumaz y arriesgado en España....


En cuanto al generalato era de extraordinaria competencia. Al Gran Capitán hay que unir legendarios como Don Juán de Austria, Alejandro Farnesio o el Duque de Alba. Señalar y a título anecdótico que en Holanda a los niños se les aterroriza con el Duque de Alba para lo que en realidad es a lo que aquí el "coco" en España. Llamar Alba a una niña es como llamar a un niño Judas en Madrid, Zaragoza u Oviedo.


Los Tercios se dividían en Compañías (250 hombres), Coronelías (1000 hombres) y tres Coronelías eran un Tercio Viejo Español. Los alféreces eran el enemigo público número uno puesto que portaban la bandera del Tercio. Y también había capellanes y cirujanos además de niños de corta edad que tocaban los tambores. El Tercio era acompañado muchas veces por Tropeles que no eran sino putas, artesanos y gente de diversa ralea que llegado el caso podían ser útiles al Tercio. La Cruz de Borgoña acompañaba siempre a estos valerosos soldados.


En cuanto a batallas victoriosos siempre. Ostende, Gravelinas, Pavía, Nordlingen, Breda inmortalizada por Velázquez en el para mí mejor cuadro de la Historia de España ("Las Lanzas" o "Rendición de Breda"), hasta la sepultura de los Tercios en Rocroi un mal 19 de Mayo de 1643, más por la incompetencia y corrupción como ahora de nuestros gobernantes antes que por la eficacia de los Tercios. Y es que en España ser pobre siempre ha sido bastante jodido....


 Como colofón y haciendo reflexión, Carlos I de España y V de Alemania siempre fue un magnífico emperador ocupándose de sus asuntos de Estado. Felipe II si bien declaró bancarrota su país tres veces también fue un hombre de Estado pero a partir de Felipe III todo fueron sinvergüenzas y obispos en España. Validos completamente incompetentes tales que el Duque de Lerma, Duque de Uceda y personajillos con más sombras que luces como el Conde Duque de Olivares llevaron a España a la más misérrima ruina. Preocupados más por la caza que por sus conquistas tanto militares como económicas llevaron a este país al acabóse en una más que seria connivencia con el clero católico. El nepotismo, la simonía, la venalidad de los cargos públicos y eclesiales hacían de esta gran España una tierra donde todo, absolutamente todo estaba tamizado en base a enchufismos y favoritismos a maravilla tal que ahora. 


Pero sabed que hubo un día en que el español se sintió orgulloso de serlo y que dominó toda Europa siendo el terror y el azote de alemanes, franceses, suizos, holandeses e italianos. No obstante....... quedaba todavía la conquista de América del Norte y del Sur. Porque recordad amigos que no solo conquistamos Sudamérica sino 2 tercios de todo el continente desde el Norte hasta el Sur.

Y.... ahora vedlo, leedlo y escuchadlo:

No me voy a extender en demasía. Sencillamente "Las Aventuras del Capitán Alatriste" de Arturo Pérez Reverte detallan como nadie la época que nos ocupa y los Tercios. Compuesta por 7 tomos de letra grande, ilustraciones y buen lenguaje se lee como los tebeos del Guerrero del Antifaz. Tanto en literatura como en cine, claro. La película genialmente interpretada por Viggo Mortensen no está doblada su voz. Sencillamente Viggo domina perfectamente el español en una caracterización extraordinaria para mercenario, un buscavidas dentro de los Tercios.





      Señalar que las batallas son espeluznantes dentro de un realismo rayano la perfección. No llega a Barry Lyndon de Stanley Kubrick pero......... por el pelo un conejo.


Y..... los libros:




Y..... el Himno de los Tercios de Flandes. Este himno nadie lo pita. Ni saben que existe y ni mucho menos que significa...... Y es que el que es tonto no es pa un día.... Sería buena idea entonarlo alguna vez en un campo de fútbol.