jueves, 29 de mayo de 2014

El Perro Paco. Un perro muy taurino.



      Hoy no hay batalla, hecho luctuoso, personaje ilustre donde los haya, descubrimiento y ni siquiera acto heróico. Hoy vamos a contar la historia de un animal. El Perro Paco. Un animal aficionado al café, el teatro y los toros y solo esta afición fue la que al pobre bicho le llevó a la tumba. Vamos por ello:

     Corría el año 1841 cuando por las inmediaciones de la Villa de Madrid circulaba un curioso perro. Este perro era un perro callejero sin patria, dios ni rey pero al fin y a la postre sería el bicho más castizo de Madrid llegando a ser el más famoso animal de la ciudad. El insólito animal era muy amigo de cafés, de tertulias y tugurios de mala muerte. El apátrida entraba como Pedro por su casa y máxime en los días de verano en tales establecimientos, llamando la atención de camareros, gerentes, curiosos y clientes. Así las cosas, no molestaba a nadie pero pronto se hizo tan familiar como la tortilla de boquerón, el calamar encebollado o el carajillo de anís. Paco, poco a poco fue ganándose la simpatía del entorno de la zona de Alcalá y de la madrileña calle de Fuencarral.

     Pero fue un mes de Octubre de ese mismo año cuando nuestro protagonista y ganándose la simpatía del Marqués de Bogaraya el cual celebraba la festividad de San Francisco de Asís se le ocurrió en el Café Fornos arrojarle un chuletón al animal el cual y dicho sea de paso no dejó ni el hueso. Ante las gracias, chanzas, saltos y cabriolas en señal de agradecimiento al Marqués no se le ocurrió sino bautizarlo con el nombre de Paco muy en honor hacia la festividad de ese día.

         Paco, se convirtió en un asiduo del Café Formos, acudía religiosamente todos los días, visitaba a los clientes, entraba, salía, saludaba y algunos cronistas aseguran que hasta le pusieron un catre para dormir allí cuando amenazaban los rigores del Invierno. Así las cosas y cuando estaba aburrido se pasaba a la calle de enfrente y frecuentaba el Café Suizo con los mismos resultados ante la concurrencia.

         Paco se hizo tan famoso entre los habituales que incluso se le cantaban coplas y los periódicos hablaban de él. Empezó a frecuentar también teatros, y cafés cantante y dada su buena prensa y prestigio social, los dueños de los locales no se atrevían a negarle la entrada. Se había convertido pues en un personaje más del costumbrismo madrileño del XIX.

        Pero a Paco lo que más le interesaban eran las corridas de toros. Entraba tranquilamente sin pagar y en cuanto veía follón en los vomitorios de la plaza Paco entraba siempre con el debido permiso del portero de turno, ocupaba su localidad, las más de las veces reservada para él y se sentaba en compañía de unos aficionados más. El público lo quería mucho y siempre le llevaban merienda. Cuando el toro era dado por muerto en la plaza, Paco saltaba a la arena e improvisaba toda una cohorte de saltos, pasos cortos, largos, revolcones delante del toro muerto, con la connivencia de los monosabios y mozos de cuadras. Acompañaba al toro yacente hasta su destino y entre toro y toro recorría la arena distrayendo al público. Eso sí, cuando sonaban los clarines, muy solícito se retiraba a su localidad entre los aplausos, vivas y vítores del respetable.

        Pero al pobre Paco y como bien he dicho antes su afición taurina le costó la vida. Una mala tarde, un mal torero y una muy mala sombra por parte de éste dio al traste con la vida del pobre animal. Mal rayo no partió a ese torero.

        Un 21 de Junio de 1842 en una pésima y calurosa tarde de un novillero desconocido y ante la mala faena del torero, Paco se lanzó a la arena a recriminarle al del vestido de luces su mala faena. Fue pues cuando este desalmado agarró su estoque y se lo clavó con saña a Paco como rematando la mala suerte sobre el animal en vez de con el toro. La reacción del público no se hizo esperar y empezaron a recriminarle la acción. Le tiraron de todo, hubo gente que incluso bajó a la arena a linchar al desgraciado torero y si no llega a ser por la bendita intervención de un empresario teatral conocido de sobra en Madrid y llamado Felipe Ducazcal lo matan ahí mismo. Felipe fue quien recogió malherido al pobre animal y lo llevó a la enfermería con la esperanza de que se pudiese hacer algo por él. Pero todo fue inutil. Lo atendieron, curaron su herida pero al cabo de unos días falleció sin remedio. Y es que entonces la medicina veterinaria no estaba tan avanzada como ahora. Pobre Paco!.





         El malogrado Paco tuvo un triste final y fue disecado y expuesto en un bar. También se subastó posteriormente sin pujador que valiese. Posteriormente se le daría cristiana sepultura en el Retiro. A Paco se le propuso para una estatua. Mas un proyecto que inicialmente sería visto con buenos ojos nunca tuvo la iniciativa económica para impulsarlo. Los que sí fueron avispados aquellos que lanzaron sus productos con el nombre del animal convirtiendo su recuerdo en marca comercial. Pero hubo un día que un perro en Madrid dio lugar a un fenómeno de psicología colectiva sin precedentes. A estas alturas Paco estará en los cielos con sus compañeros de fatiga, Lassie, Cerbero, Rex, Blondie, Colmillo Blanco, Rin Tin Tin.... que si bien muchos de ellos fueron imaginarios Paco fue tan real y entrañable como la vida misma, tan real como la ciudad que lo vió nacer, Madrid. Al menos hizo feliz a la gente cosa de la cual muchos humanos carecen por completo de tal facultad.

         Hoy en día el siniestro torero, hubiese sido expedientado por la Sociedad Protectora de Animales, reprendido, amonestado y multado con una de las gordas por maltrato animal, y más delante del público haciendo el completo ridículo. Y no por matar toros, sino por matar perros. Pero en el XIX ni la sociedad ni las administraciones tenían tales recursos.


         Sirva pues este post como homenaje a todos aquellos perros que como Paco han sabido como nadie conquistar el corazón de sus dueños y de la gente en general. Cierto es que a alguno se le va la pinza y termina siendo agresivo pero......... las más de las veces no van los tiros por ahí. Un perro bien educado es mucho más afectuoso que las personas.

    

   




       





martes, 27 de mayo de 2014

La División Azul. Españoles en la II Guerra Mundial.




        Hoy vamos a hablar de una aventura épica. La de los españoles en la Segunda Guerra Mundial. Porque no fueron solo aquellos divisionarios los que se dejaron la vida en las inmensas estepas rusas, sino que también los hubo republicanos y muchos los que se adscribieron a la URSS como voluntarios afines al comunismo.

        En primer lugar he de reseñar que si hay alguno que se sienta zaherido tanto por cuestiones políticas, morales, éticas e ideológicas este sin duda no es su post. Que lo cierre y se dedique a otros menesteres más acordes con su forma de pensar. La División Azul hay que tratarla como tal, como unos héroes.
         Fanáticos o no fueron a combatir el comunismo y nunca, nunca como mero objeto de conquista o invasión con el Régimen de Adolfo Hitler como veremos ahora. Así las cosas comenzamos pues con una epopeya de dimensiones bíblicas la que se dio en aquellas lejanas estepas rusas:

       Corría el año 1939 cuando en España acabó una guerra fraticida entre hermanos, la Guerra Civil. Con el resultado que ya todos sabemos, el Régimen del General Franco se mal enseñoreaba por toda España. Digo mal eseñoreaba porque en realidad no había de nada que enseñorear en este país. Franco con una peseta completamente devaluada, hambre, odio, muchas zanjas que cavar y un resquemor feroz al comunismo declaraba su neutralidad en la Segunda Guerra Mundial para así de un salto y como por arte de birlibirloque declararse a partir del 40´ como potencia no beligerante. Decir que Franco bailaba siempre con la más guapa. Véase ora con ninguna ya que el pasodoble no era de su estilo, ora con Alemania, ora después con los aliados. A su gusto, haciendo lo que le daba la real gana en este su cortijo llamado España, y lo peor de todo: Siempre le salía bien. Algo tendría este hombrecico para que todo, todo le saliera bien. Baraka, suerte?????. Ni idea. Todo le salía bien. Y la División Azul tampoco le iba a salir mal.

      Se montaron cajas de reclutas a lo largo y ancho de toda nuestra geografía a partir del 24 de Junio de 1941. Señalar que se apuntaron 90.000 hombres para un primer reemplazo que sería de unos 18.000 hombres. La inmensa mayoría y en torno a un 80% eran falangistas, los mandos iban a ser siempre oficiales profesionales. En la Academia General Militar de Zaragoza se apuntaron todos y cada uno de los cadetes solo por citar un ejemplo. Así las cosas también habría personajes e intelectuales de la talla de Dionisio Ridruejo, Luis García Berlanga o Agustín Aznar.

      Motivos para alistarse muchos y la mar de variopintos. Aventura, fanatismo, cobrar la paga, escapar de España, ideología, huir de la mujer...... muchos, como he dicho. En el caso de Berlanga el de depurar su imágen y la de su familia. En el caso de Ridruejo, el falangismo. Un falangismo que al fin y a la postre acabaría por abandonar harto del mismo.
      Señalar que la División Azul se le denominó de tal color por el tono de las camisas de los falangistas los cuales llevaban la camisa de Falange debajo de la oficial de la Wehrmacht. La camisa azul siempre se veía así debajo de otra como muy bien se puede apreciar en la primera de las ilustraciones.

      El comandante de tan magna empresa sería el General de División Agustín Muñoz Grandes en primera instancia. Germanófilo hasta la saciedad, héroe de Marruecos con más de 9 heridas en su cuerpo e íntimo del felón de Ramón Serrano Súñer luego nos detendremos dando unas pequeñas pinceladas y a lo largo del post para que veáis la personalidad del mismo. De él y de su sustituto, Emilio Esteban Infantes.

      En Julio de 1941 la División se dirige a su destino en Baviera para así culminar una instrucción de cerca de tres meses. Decir que juraron lealtad a Hitler y que desfilaron ante él pero...... eso sí, en su juramento y ahora viene el engaño juraron lealtad para su lucha contra el comunismo. Nada más. Ellos al fin y a la postre eran súbditos españoles y no estaban en una guerra de ocupación contra la URSS. Los oficiales de la Wehrmacht se quedaron sorprendidos de la que se le venía encima. Los tildaban de sucios, muy ruidosos, descuidados, insubordinados pero...... nada más lejos de la realidad. A partir de entonces se pasaría a llamar la 250ª División de la Wehrmacht.

      Con estos mimbres era una división no mecanizada y les hicieron caminar 1000 kilómetros atravesando Polonia, Lituania y Bielorrusia hasta el frente. Nadie sabe porqué. Si era para hacer tiempo, para endurecerlos..... es algo que se desconoce la vocación de tamaña caminata. El caso es que el año 1941 se cerró con 800 muertos en diferentes sectores del frente, y no habían hecho sino llegar a Rusia.

       10 de Enero de 1942, Lago Ilmen a unos 50 kilómetros del frente asignado. Así las cosas, el Capitán Ordás es enviado a liberar una bolsa de unos 500 alemanes cercados. Ordás con 202 esquiadores se dirigió a la zona a 40 grados bajo cero, alcanzándose temperaturas de hasta -56 grados. No es de extrañar pues que 102 soldados murieran de congelación antes del combate. Ordás se comunicó con Muñoz Grandes y éste le dijo que siguiera y que apurara hasta el último hombre. Así las cosas y con lo que le quedaba a Ordás lograron crear una escaramuza y apoyar a los alemanes, los cuales lograron salir de la bolsa en la cual estaban encerrados. Señalar que los rápidos movimientos de los esquiadores, el factor sorpresa, un apoyo de 40 soldados letones y la audacia de los alemanes que se veían respaldados la operación fue un éxito. Decir también que se enfrentaban contra 3000 tiradores soviéticos y que entre los hombres que quedaron se repartieron 32 cruces de hierro muchas de ellas a título póstumo. De 202 hombres solo quedaron 12. Sucios, ruidosos, desobedientes pero muy valientes. Siempre, siempre combatieron en inferioridad numérica.

        Señalar que para aquel entonces Franco ya se había entrevistado en 1940 con Hitler en Hendaya y le dijo que para nada pretendía entrar en la Segunda Guerra Mundial o cuando menos las peticiones de Franco eran más que inaceptables por Hitler. Hitler se vio desbordado y exclamó a Ribbentropp que prefería le arrancasen una muela antes de volver a ver a ese General. Nunca más se vieron felizmente. Con estos mimbres Hitler desarrolló lo que se denominó como la Operación Fénix o invasión de España a través de Gibraltar en algo que al fin y a la postre no traería al dictador alemán sino una respuesta más que inmediata por parte de Inglaterra para complicarse la vida con un más que posible añadido escenario de operaciones. Franco dio orden expresa a Muñoz Grandes de que "ni un paso atrás". Había que dejar el pabellón español bien alto. Para que Hitler supiese muy, muy bien como se las gastaban los españoles.

       Decir que los españoles para nada trataron nunca mal a la población indígena. Nunca se propasaron con ellos, muy a diferencia de los alemanes que si bien tenían tácitamente prohibido entablar conversación con la población rusa los españoles no. En sucesivas entrevistas que he escuchado por radio de testimonios de divisionarios españoles ya ancianos antes de hacer este post, a juicio de ellos los alemanes se comportaban con la población rusa como unos cerdos, muy a diferencia de los españoles. Sucios, ruidosos, desobedientes pero buenas personas. En su juramento iban a combatir el comunismo y no a matar inocentes. Decir que en no pocas ocasiones acababan a mamporrazo limpio con algún animal de las Waffen SS. Hubo de todo, en ese sentido.


      En la masacre de Poshak un contingente de soldados españoles al mando del Alférez Moscoso encontraron la muerte contra varios tanques T-34, T-26 y varias ametralladoras de posición. La visión fue dantesca. Sencillamente los dejaron clavados con las bayonetas al hielo a esos infelices.




  
        En cuanto a Agustín Muñoz Grandes le sería concedida la Cruz de Hierro de Segunda Clase, la Cruz de Hierro de Primera Clase y la Cruz de Hierro con hojas de Roble. El General Franco y ante el caríz que estaban tomando los acontecimientos para con su edecán decide relevarlo del cargo al cabo de un año y es que tanta medalla no era nada bueno. Señalar que en no poco Hitler había condecorado a Muñoz Grandes tres veces en la Guarida del Lobo en Prusia Oriental atrayendoselo así hacia la verdadera causa nazi. No en vano Hitler pretendía a la larga tomar España a la fuerza en la ya mencionada Operación Félix a través de Gibraltar, derrocar a Franco y poner en su lugar a Muñoz Grandes. Hitler siempre consideró a Franco un incompetente pero sin duda alguna Franco era un General de los pies a la cabeza y él un miserable cabo, paranoico, obsesionado con la pureza racial y un genocida. Y Franco lo sabía, vaya si lo sabía. Señalar también que la División Azul se embarcó en esta aventura sin conocimiento de causa del genocidio nazi. Sencillamente a los judíos se les perseguía pero aún no se les había empezado a exterminar. Franco sería lo que cada uno tenga a entender pero racista, nunca. De hecho tenía una guardia mora y era un amante de África. No creía en la pureza racial y era ante todo y sobre todo católico. Solo se apoyó en el Opus Dei para al fin y a la postre reconstruir España y ni una casta más. Tampoco contaba con otra................

        Así las cosas en Enero de 1942 Muñoz Grandes es relevado del cargo, pierde peso específico el cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer y Muñoz Grandes sería ascendido a Teniente General y pasando a ocupar cargos políticos a la larga en el Movimiento. Grandes pues, sería sustituido por un brillante militar. Emilio Esteban Infantes, un General de Brigada no adicto a Hitler. Adolfo Hitler y ante la decisión de Franco de relevar a Muñoz Grandes se quedó sorprendido y tuvo retenido al nuevo general durante unos días ante la incredulidad del cabo de bohemia de la decisión de Franco. Señalar que Esteban formó parte de la Sanjurjada o golpe militar de Sanjurjo antes de la sublevación. Africano hasta la médula sabía muy bien lo que se hacía y llegó a ser Capitán General de la VII Región Militar y Jefe de la Casa Militar del General Franco. En la División Azul y mostrando encarecidamente una inclinación hacia combatir allí en las frías estepas rusas fue ascendido a General de División y condecorado por Hitler, imagino que no muy a su gusto con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro. Emilio Esteban Infantes, tenía tan solo 50 años cuando llegó a Rusia. Y su bautismo de fuego sería de armas tomar.

         Esteban tomó posesión el 12 de Diciembre de 1942 de la mano de Muñoz Grandes y le tocaría a él el gusto o disgusto de acometer la mayor hazaña bélica de la División Azul (Krasni Vor). Así como Muñoz Grandes había sido relevado del cargo el resto de los soldados también fueron reemplazados por otros nuevos. Otro contingente de 18.000 efectivos sería enviado a Rusia. Decir que esta vez el personal en España ya no mostraba tanto entusiasmo ante lo que llegaba de Rusia. Además politicamente, las tornas cada vez cambiaban más del lado de los aliados y la Wehrmacht ya no era invencible.

        Y es que a Esteban Infantes le tocó bailar con la más fea. Así las cosas Von Manstein reduce Sebastopol y concluye así la conquista de Crimea. La División Azul inicia así la Batalla de Enga en la cual el Capitán Patiño parte con un destacamento de 800 hombres, escasamente pertrechados partiendo en 20 camiones. Con estos mimbres se enfrentaron contra las divisiones rusas en una lucha en completa desigualdad de condiciones donde de 800 hombres solo quedaron 70. Pero el destino, no contento para con estos infelices les jugó una peor pasada. Ya que estaban allí destacados recibieron la orden de tomar una colina. Patiño partió por ello con sus 70 hombres. De esos efectivos solo regresaron 28 y en un solo camión. En resumidas cuentas, de 800 solo regresaron 28 soldados y el Capitán Patiño no corrió mejor suerte, también murió. Un desastre en toda regla para la División.

        Por si no fuera poco el 10 de Febrero de 1943 tendría lugar la batalla más sangrienta de la División Azul. La Batalla de Krasni Bor donde 5.900 españoles se verían las caras con más de 44.000 rusos bien pertrechados por carros de combate, aviación y los organillos de Stalin, los feroces cohetes Katiuska. Así las cosas se dieron casos completamente surrealistas tal que el del cabo Topete colocando una mina en un T-34. De esta guisa Topete se había percatado de que el tanque había avistado a sus compañeros de armas. Ni corto ni perezoso se lanzó contra el tanque con una mina y Topete y el tanque volaron en pedazos. De 5.600 soldados en la Batalla de Krasni Bor murieron nada más y nada menos que 4000.

      Ante el caríz político que tomaban los acontecimientos y que ya estábamos en 1943, el General Franco cambió de pareja y dejó a la más fea de ese momento, Alemania. Por lo que el 10 de Octubre de 1943 se ordenó una inminente repatriación escalonada de la División Azul. El horno no estaba ya para bollos con los nazis y la Operación Félix aquella que se las prometía muy felices a la hora de invadir España por parte de Hitler quedó demorada in eternum, una locura más del genocida austríaco se vería dinamitada. Luego llegaría Kursk (Operación Ciudadela), El día D (Operación Overlord), y el que iba a ser invasor de la Unión Soviética ponía pies en polvorosa, replegándose hacia el Oeste en una operación fallida, la Operación Barbarroja que había durado no menos de 4 años y que había desplazado 4.000.000 de efectivos. Un desastre.

         En mi opinión la División Azul tuvo esa mezcolanza entre heroicidad, aventura, fanatismo, redención política, saberse ganador y valentía. Pero si he de ser sincero los engañaron vilmente. Al menos, eso pienso. Tened en cuenta que Franco pagó muy caras y a costa de vidas humanas aquellas armas prestadas por Hitler y la Legión Condor. Con la División Azul quedaba condonada un tercio de la deuda que ascendía a unos 2000 millones de pesetas y los otros dos tercios serían devueltos por Franco una vez acabada la II Guerra Mundial con un marco más que devaluado. Franco no quedó en muy buen lugar con la División Azul. Definitivamente y al fin y a la postre muchos divisionarios que regresaron, huérfanos, padres, madres y esposas de fallecidos llegaron a la conclusión que fueron no a luchar contra el comunismo sino a una conquista de Espacio Vital necesario para Alemania y las ínfulas expansionistas de Adolfo Hitler.

 .      Tampoco fueron pocos los que tomaron la acción como una forma de limpiarse falangistas de encima que imbuídos en su fanatismo a Franco le hacían un flaco favor. Señalar que para favores ya tenía al Opus Dei y la Iglesia Católica, de hecho y como bien apostillé antes no necesitaba de más castas.



 
      

Por si fuera poco Franco se encontraba legalmente en tierra de nadie. Me explico, en un principio pasó de neutral a no beligerante para volverse a volver neutral. Ante lo cual los rusos no consintieron en devolver a sus presos españoles bajo ningún concepto. Ya que en realidad y una vez acabada la Segunda Guerra Mundial España no pintaba ni había pintado absolutamente nada en la escena bélica. 12 largos años tardaron en regresar no los divisionarios sino los prisioneros españoles tanto republicanos como nacionales de la URSS de Stalin, eran sin duda alguna unos apátridas. Lamentable. No solo eso, tampoco fueron reconocidos ni por la Cruz Roja y ni mucho menos y a diferencia de otros prisioneros tampoco podían tener ningún tipo de correspondencia con sus familias. Sencillamente no existían. Definitivamente y al cabo de 12 años un acuerdo entrambos países y su diplomacia propició su regreso en un buque, el Semiramis, con presos tanto de un bando como del otro. Los 286 hombres llegaron a bordo vía Odesa-Barcelona en aquel maldito barco el 2 de Abril de 1954.


          



        En mi opinión fue una traición en toda regla no a unos ideales pero sí a un heroísmo que al fin y a la postre dieron sin nada a cambio sus vidas. Haciendo una enumeración de la situación yo lo veo así:

       1.- Franco evitó la Operación Felix o invasión de España por Hitler mandando a la División y demostrando la validez y fanatismo español. A la vez contemporizaba a la espera de acontecimientos. Cuando se dio cuenta de que Hitler intimaba con Muñoz Grandes lo retiró sin ambages ni cortapisas ante la sorpresa del genocida austríaco. En otro orden de asuntos, la Operación Felix prometía un escenario más de operaciones para Alemania ya que Gibraltar sería tomado y el desfile de tropas inglesas por España sería más que revelador.

      2.- A estas alturas es innegable que un craso favor lo pagó con sangre y penurias.

      3.- Franco fue un incompetente supino al no adscribirse a ningún bando sin duda presionado por la Iglesia Católica. De sus dotes como diplomático... sin comentarios, un negado. También es verdad que con Stalin no se podía ser diplomático y que España tampoco estaba como para más guerras. Como consecuencia de ello unos infelices no regresaron hasta bien entrado 1954.

      4.- Se ahorró no pocos millones de pesetas vendiendo muy cara una ayuda exterior.

      5.- Hizo lo que quiso y como quiso según cambiaba el transcurso de la contienda.

      6.- Engañó a sus soldados en una cruzada que no era en sí anticomunista sino toda una guerra de conquista.

      7.- Ante los aliados quedó de pena. Cuando giraron los acontecimientos bien que los retiró para mostrarse pro-aliado.

     

       En cuanto a las condecoraciones no fueron pocas:


       2 Cruces de Caballero con Hojas de Roble.
       2 Cruces de Oro.
       138 Cruces de Hierro de Primera Clase.
       2.359 Cruces de Hierro de Segunda Clase.

        Y..... 8 Laureadas de San Fernando de las cuales 7 fueron a título póstumo y una al regreso para Teodoro Palacios Cueto en el buque Semiramis tras 12 años de cautiverio.


       En cuanto a las víctimas: 4.954 muertos, 8.700 heridos, 2137 mutilados, y 372 prisioneros de los cuales muchos no regresaron. De un total de más de 40.000 personas.

       En líneas generales un auténtico desastre.


       Sirva pues este post como homenaje a todos aquellos que se dejaron la vida en las lejanas estepas de la Santa Madre Rusia. Con sus ideales tanto de uno como de otro bando. Supieron pelear como nadie y en no poco colaboraron así a la no invasión de España por parte de Hitler. Siempre por supuesto a la orden del señorito dueño de este cortijo durante 40 años, el General Franco. Que cada uno saque sus conclusiones.







      

      

       

























jueves, 22 de mayo de 2014

Toulouse Lautrec. Un pequeño gran hombre.




       Se llamaba Henri Marie Raymond de Toulouse Lautrec. Hijo del Conde de Toulouse y de la vizcondesa de Lautrec. 1 metro 52 centímetros de talento, de conocimiento, de persona. Todo un artista y corría el año 1864 y más en concreto un 24 de Noviembre cuando venía al mundo esta ejemplar persona en el castillo de Albi. Vamos pues con su historia, os aseguro no es vulgar.

       Castillo de Albi, zona albigense de Francia tan ligada a los cátaros y tan rica en fortalezas y el conde de Toulouse aquel que su linaje provenía ya de la Edad Media.
        No, su familia no era de esas nuevas ricas tocadas por el oportunismo napoleónico. Era una familia de rancio abolengo, de los Toulouse y Lautrec de toda la vida y él un producto de la endogamia. Sus padres formaban esa típica pareja la cual no pegaba ni con cola. Y Henri se vería muy afectado por ello en su morfología física. Así las cosas el padre era un tipo extravagante, se sabía tal porque podía permitírselo. Se disfrazaba, se vestía de cosas raras, bebedor y fumador, se travestía en las fiestas en su castillo y su mujer contemplaba no sin horror los disparates de su marido. Ella que era una impenitente, furibunda, y piadosa católica solo tenía ojos para la ortodoxia y para cuidar a un infante, a su hijo Henri Marie.

       Henri Marie fue un niño que siempre creció más por dentro que por fuera, se adivinaba ya desde su tierna infancia un artista en ese cuerpo contrahecho y deforme. Tenía la enfermad de los huesos quebradizos, por si no fuera poco también era muy pequeño, apenas sobrepasaba el metro y medio de estatura y para colmo de males padecía una sinusitis crónica la cual no hacía sino que su naríz pareciese un contínuo rezumar de moquita a todas horas. Él, más tarde con su proverbial humor se autodefiniría como "una pequeña tetera con un gran pitorro". Ya de muy pequeño se partiría un fémur y posteriromente en su recuperación se partiría el otro. Contínuos ensayos médicos pasarían por ese castillo. Le aplicarían descargas eléctricas, lo colgarían de cables con pesas en los pies dando magros resultados. Toulouse Lautrec fue un inválido toda su vida, viviría como un inválido y acabaría muriendo como lo que fue, un inválido que nunca se quejó, antes bien y a pesar de sus continuos dolores se mofaría siempre de su aspecto. El "ande yo caliente, ríase la gente" lo llevaba muy a gala Henri Marie.

      Pequeño, de torso muy fuerte, caminando mal y paticorto su primera obra sería "Artilleros a caballo". Señalar que esa obra no representa sino un sentimiento de frustración hacia la figura de su padre. Porque el padre de Henri no podía ver a su hijo debido a su deformidad. El padre era todo lo contrario, un tipo atlético, deportista y cazador. Y dicen los psiquiatras que esa obra no en poco plasmaba su relación con su progenitor pintando continuamente obras de caballos. Esos caballos que se escapaban eran su padre y él un niño que se los quedaba pintando debido a su malformación física. Poco más podía hacer. También hízo algún autorretrato. Evidentemente, en sus autorretratos siempre estaba representado sentado en una mesa, sin que se le vieran las piernas.

    Así las cosas, su madre que tanto había velado por su salud y tanto se había preocupado de Henri lo envía a París a estudiar Bellas Artes. La comunidad pictórica no hizo sino rechazarlo. Quassimodo lo llamaban. Decían que pintaba horrorosamente mal. Que era una auténtico desastre y Henri funda su propio estudio a la par que empieza a frecuentar los tugurios parisinos de la época. Es la época de Degas, de Van Gogh, de Toulouse Lautrec, de Montmartre....... No por nada era vecino de Degas en esa calle llamada "Rue de la Fontaine". Todos se sabían artistas, y ninguno genio. El tiempo les daría la razón, vaya si les daría esa razón. Se convertirían al fin y a la postre en los mejores pintores que daría la Europa de la época.

    Como he dicho antes, Henri entabla contacto con la bohemia parisina y sus tugurios. Eran decadentes y se reconocían como tales. Su estilo de vida era completamente alejado de los academicismos de la época y pintaban sencillamente como les salía de las narices. Así de claro, y por ello fueron unos genios. Es la época en la que Toulouse empieza ya a beber, la época del sexo, de las fiestas, de la mala vida. La época del Moulin Rouge, del Moulin de la Galette, de Le Chat Noir, del Follies Bergé, de la decadencia de una época. Y Toulouse Lautrec su adalid y maestro de ceremonias. Eran noches largas, muy largas. El champán, el cognac, y la absenta hacían de Henri un hombre alegre, contento y pintaba hasta bien entrada la noche en el Moulin Rouge y en otros tantos tugurios para acabar las más de las veces inconsciente. Allí pintó a Jane Avril, su amiga. A Valentín el descoyuntado, un señor con una doble vida que hacía de funcionario por el día y de bailarín de can-can por la noche.

        Señalar, que Henri estaba pletórico. Se había convertido en un artista muy reconocido, la gente arrancaba sus carteles por las noches y su licenciosa vida le empezaría a pasar factura. Su padre, vendió el Castillo de Albi con todos sus recuerdos infantiles a su tía, con la sola vocación de desheredarlo. Y su madre se traslada a París para estar cerca de su hijo. La vida de Henri era la siguiente: Se despertaba tarde, acudía al taller de litografías, trabajaba un poco. Acto seguido quedaba con sus amigos a comer, con lo cual bebían, luego se retiraba a su apartamento a dormir la mona, evidentemente se despertaba con resaca, se ponía a trabajar, acudía a casa de su madre a cenar y más tarde volvía al cotarro, a la tramoya de París hasta las tantas de la mañana. No era mala vida, por cierto...... El sinvergüenza de su padre en sus primeras obras logró convencerle para que firmara con seudónimo y así no manchar la reputación del apellido. La firma era "Tooloose". Juego de palabras que en inglés quiere decir: Demasiado perdido.

        Pero esa vida le pasaría factura. Una factura cara, carísima. Como bien he dicho antes, todo le venía bien a Henri. El champán, el cognac, la cerveza y..... grandes cantidades de absenta. Se la bebía como el agua y encima mezclaba todo. Una bebida a base de anisette, ajenjo y licor con nada más y nada menos que 68 grados. Bebía hasta quedar inconsciente. Había veces que se lo encontraban todo "largo" por las calles de Montmartre y en una ocasión ante tamaño escándalo la policía tuvo que intervenir porque al parecer en su habitación estaba matando arañas con una escopeta. Lo habréis adivinado, verdad?. Eran los delirium tremens de un alcohólico redomado. No contento con su ya alcoholismo Henri portaba un curioso bastón modificado para así poder introducir ni más ni menos que medio litro de absenta y beber a escondidas o a cualquier hora. Un desastre. Para colmo de males, Henri padecía sífilis dada su vida de licencia sin límites y tomaba el único remedio recomendado de la época: Mercurio. Un disparate. Si os fijáis, Henri siempre aparece en las fotografías con la boca cerrada y es que la ingesta de mercurio a la par que medicamente produce locura ennegrece los dientes.


     


      Con estos mimbres su madre lo introdujo en un sanatorio, en un psiquiátrico. La familia estaba desolada y el muy ladino del padre el cual jamás había dirigido una palabra cariñosa a su hijo, se sentía avergonzado y muy dolido en su honor, les pasa a muchos padres. Pero al cabo de unos meses mejoró bastante y desarrolló una serie de cuadros sobre el mundo del circo, él que era todo un showman de la noche y de los bajos fondos, uno más del pueblo logró salir de ese sanatorio. Pero volvió a recaer en su adicción y definitivamente su madre se lo llevó a casa a cuidarlo.



          Henri Marie de Toulouse Lautrec fenecía así en su cama un 9 de Septiembre de 1901 a las 2:15 horas. Postrado y al borde de la muerte, su padre entró en la habitación y le dijo:

         "Sabía no te perderías la matanza, viejo loco!"

          Y sus últimas palabras, como no, fueron dedicadas a su madre la cual atinó a decirle:

          "Mamá, tú, nadie más que tú".

         El padre, obstinado hasta la muerte con su hijo se empeñó en enterrarlo en el castillo, pero su madre y al cabo de un tiempo lo desenterró y lo volvió a enterrar en un convento como así se había deseado en un principio. Al fin y al cabo su padre nunca pintó nada al lado de su hijo ni en el lienzo ni en la vida.

 




       Por cierto, en 1895 viajó a Londres para conocer a Oscar Wilde. El hombre que con el cual moría el siglo XIX, un decadente al igual que Henri, porque...... el fin del XIX fue patrimonio de los decadentes, de Wilde, Henri, Degas, Van Gogh, Gauguin.... De aquellos que eran distintos porque lo mejor era lo distinto y nadie lo sabía.

 





       Señalar que la depositaria de las obras de Lautrec fue la madre. Ella y solo ella hizo de él lo que es ahora. Un artista reconocido mundialmente, un genio de la pintura. Ella apadrinó sus obras y ella montó un museo junto con un avispado tratante que se dio perfecta cuenta del talento de Henri. El museo se abrió en el Palacio de la Berbie y allí se expusieron sus obras. Hoy en día están repartidas por todo el mundo y en París. Porque París es Toulouse Lautrec y Toulouse Lautrec fue París dentro del corazón de un pequeño gran hombre, el cual nunca se planteó el fin de su vida bajo el auspicio de ningún tipo de creencia ni fe. Él vivió la vida como si cada día fuese el último de su existencia sin plantearse ningún futuro, a vuelapluma y.... Por que no?. Siempre fue su vida, y su vida París y la pintura, para eso no hacía falta más. Un hombre vulgar, del pueblo, como la inmensa mayoría de nosotros, simple, con sus complejos, anhelos y vicios, sin quejarse. Nunca se quejó, nunca fue una carga mas que para su pobre madre que fue la que le dio la vida, tanto física como artística y......... lo más importante: Nunca hizo daño a nadie en su vida, antes bien, solo hizo favores con sus cuadros sin meterse con los demás.



 



 
       Aquí os pongo a otro decadente a Oscar Wilde. El sumo pontífice de la decadencia victoriana:

http://laverdadteharalibre6.blogspot.com.es/2014/05/el-sumo-pontifice-de-la-decadencia-con.html


          Dedicado especialmente a Ceballos y sus dibujos del foro de César Vidal. Para que le sirva de acicate en su gran afición: Dibujar. Va por tí, Luis Miguel.

 

 
 
 

 

 


 


 


 
   

  






viernes, 16 de mayo de 2014

Publio Cornelio Escipión. El Africano.




         Roma, la Ciudad Eterna, la de las 7 colinas. La Historia de Roma no es sino la de sus magister millitum, sus emperadores, gladiadores, legiones, pretores, cónsules y porqué no la de sus adelantados. Y hoy nos vamos a centrar en uno de ellos en Publio Cornelio Escipión, El Africano. Aquel que puso tierra de por medio a un gran general, a Anibal Barca. Anibal Barca, aquel que puso en jaque a la mayor maquinaria bélica de la Historia de la Humanidad, La Legión romana. Escipión el Africano aquel que fue justo vencedor en las inmensas llanuras de Zama, en África. Vamos pues con Escipión, El Africano y... porque no, con Anibal Barca también. La historia de uno no es comprensible sin la del otro, ya lo vereis y la de España tampoco.

          Corría el año 236 antes de Cristo cuando en la Península Itálica nacía un linajudo niño perteneciente a una gran estirpe de guerreros patricios, los Escipiones. Publio Cornelio Escipión padre, no dudó en llevar a su hijo a esas campañas militares que tanta gloria darían a Roma en la Iberia. Grecia estaba de moda en aquella época, muy de moda. Los romanos, no dudaban incluso en copiar aquellos dioses griegos y en adaptarlos a las vidas religiosas de Roma. Pero una nueva forma de entender la vida iba a trastocar y en mucho la expansión romana, el imperio militar y comercial de Cartago se enseñoreaba en la Península Ibérica y en África y un líder indiscutible intentaría y vaya si lo intentaría arrebatar la gloria a Roma. Ese imperio sería Cartago y su líder Anibal Barca, hijo de Amílcar Barca y hermano de Asdrúbal Barca. Señalar que "Barca" significa "fulgor, "rayo".

        Así las cosas, la primera acción bélica y loada hasta la saciedad de Publio fue en Tesino. Donde unas malogradas legiones romanas mordían el polvo ante Aníbal en el 218 antes de Cristo. Publio Cornelio Escipión, padre se vería sorprendido por un grupúsculo cartaginés y su hijo, personaje que nos ocupa con una cuadrilla de fieles arrancó a uña de caballo desenvainando su gladior, esa espada corta romana que tantas glorias dio a la Ciudad Eterna. En una acción completamente heróica logra salvar a su padre in-extremis. Escipión, el Africano entraba así en la gloria premiándosele con la Corona Cívica, corona la cual se otorgaba a todo aquel lograse salvar a un ciudadano romano. Él rehusó a tal honor ya que con haber salvado a su padre tenía bastante.

      Nos situamos ahora en el 216 a.de Cristo. En una batalla, la de Cannas donde y hasta la fecha situamos el mayor castigo sometido a Roma. Señalar que la estrategia envolvente de Aníbal dio al traste con la vida de 87.000 romanos junto con un Cónsul y 90 senadores. Un desastre en toda regla para Roma, la cual veía como su imperio estaba irremisiblemente perdido. Tras esa malograda batalla para Roma a los niños para que se portaran bien se les decía: "Anibal Ad Portas", "Anibal ad portas...": "Aníbal a las puertas!".



   
          Con estos mimbres, Aníbal se acantonó en Capua. Creeros si os digo que esto que acabo de decir y en una sola frase es el mayor disparate de la historia militar antigua y casi me atrevería decir de la moderna. Aníbal se quedó en Capua 16 años. Sus generales estaban hartos de Capua. Tan magnas campañas militares llevadas a cabo que brillaban inusitadamente se vieron abocadas al fracaso dada esta lamentable decisión. Así las cosas, Escipión El Africano tomaría muy buena nota de ello, vaya si tomaría nota. Esta patética e indefectible acción aún a día de hoy es muy estudiada por historiadores y muy cuestionada en las academias militares. Aníbal sabía ganar batallas pero obtenía de esas victorias pésimos réditos militares.

         Publio Cornelio Padre y el tío de El Africano, Cneo Escipión serían enviados a Hispania para detonar las bases cartaginesas en la raíz de su imperio contra Asdrúbal Barca, a la sazón hermano de Aníbal, pero una traición de sus mercenarios celtíberos acabaría con la vida de ambos, de su padre y de su tío.

        Es pues cuando ante las noticias provenientes de Hispania Roma está en una situación completamente insostenible. Es un "Casus Belli" para Roma y Aníbal un "Hostis Publicus", el enemigo público número uno. En realidad nadie se arriesga a enfrentarse a Aníbal ni aún a Asdrúbal. El Africano, cuenta con 24 años y dada la indecisión del resto propone sea investido Proconsul. Ante la negativa del Senado por su escasa edad lo hacen general investido de Imperium de Roma y parte hacia Hispania con dos legiones (unos 10.000 hombres) y unos asesores miltares.

      Parte con Claudio Nerón hacia Cartago Nova (Cartagena)  y entre ambos inician una auténtica guerra relámpago en apenas 12 días, desde las bases romanas en Cataluña hasta la capital cartaginesa en Hispania y que dotaba de no pocos efectivos militares a Aníbal. Conquista tras conquista, avatar tras avatar El Africano se toparía con un tramo ribereño el cual atravesar. Publio Cornelio, estudioso de las mareas estuvo hablando con los pescadores de la zona e informándose sobre los movimientos de las aguas. Así las cosas, y aprovechando su ingenio logró cruzar cuando la marea estaba baja. Señalar que los romanos no entendían ni concebían la posibilidad de la influencia de la Luna en las mareas y lo tomaron por un Dios  capaz de apartar las aguas para que sus dos legiones atravesasen las mismas en expedición punitiva. Argumentó que había soñado con Neptuno y que el mismo dios del mar le obedecía en tal empresa. Casi nada........ Estoy completamente convencido de que Moisés optó por la misma técnica.

       

        Marchó hacia Cartago Nova, la redujo, se alió con los diferentes pueblos hispanos y tiró hacia el Guadalquivir. En la batalla de Ilipa reduce a sus enemigos y también aplasta a los cartagineses en Hispalis (Sevilla), funda Itálica y en 206 a. de Cristo expulsan a los cartagineses de Gades, la actual Cádiz. Así pues, era el tiempo del ocaso del imperio militar de Cartago en Hispania, la cual se declara libre de cartagineses y había iniciado así la Segunda Guerra Púnica. Y solo con dos legiones, más sus aliados hispanos. Para esas fechas Asdrúbal había abandonado Hispania con la vocación de reunirse con su hermano en Italia pero fue interceptado en una embocasda en la Batalla de Metauro y muerto ahí mismo por unas tropas consulares.

      Escipión regresa pues a Roma, es investido  Proconsul y se plantean la posibilidad definitiva de emprender una campaña fuera de su tradicional territorio itálico. El objetivo era llamar la atención sobre Anibal y que así abandonase de una vez por todas Italia. Y eso se hízo. Por lo visto no había forma de que el cartaginés abandonara la bota italiana y forzáronle mediante esta estrategia a hacerlo. Si te quedas aquí..... no podrás defender tu capital, Cartago.


    Publio Cornelio Escipión zarpa hacia África. Para entonces Aníbal ante la que se le vénía encima se retira a Cartago para defender la ciudad. Ahora tienes prisa, Anibal?????. Señalar que en África Publio no pierde el tiempo y sin ningún tipo de rastro cartaginés entabla conversaciones con los bravos jinetes Númidas. Antes de seguir, aclarar que serían muy bravos pero tened en cuenta que por aquel entonces un solo invento, solo uno podía dar al traste con cualquier ejército de la época. Y es una cuerda con un hierro:  EL ESTRIBO. No es cuestión de apostar porque no soy jugador, pero me jugaría todo lo que tengo porque con tan solo 1000 caballeros con lanzas de acometida y estribos contra 5000 centuriones a caballo y espada sin estribos ganan los primeros seguro. El caballo se utilizaba para ir de aquí a allá y para poco más. Así las cosas para manejar bien un caballo había que ser un auténtico experto jinete. Señalar también que eran más pequeños que los que ahora se utilizan. Desconocían los encastamientos equinos. Por eso los ejércitos iban andando con una impedimenta de unos 20-30 kilos al menos en el caso de la Legión Romana.
   


       Nos situamos en el 202 a.de Cristo en las extensas llanuras de Zama. Aníbal reúne lo que le queda 50.000 infantes, 3000 jinetes, 300 elefantes de batalla contra 20.000 legionarios, 14.000 tropas auxiliares y 4000 jinetes númidas. Como veis las fuerzas se inclinaban más hacia Aníbal pero éste no contaba con los músicos. Sí, con los músicos y las corazas de guerra. En cuanto se acercaron los elefantes en un choque brutal los músicos empezaron a tañir sus trompetas, los coraceros a avanzar y los elefantes retrocedieron como alma que lleva el diablo sembrando la confusión entre las filas. Se asustaron de las trompetas y del sol reflejado en las corazas. Creedme que un elefante de buenas es un arma letal, pero de malas un auténtico desastre con la particularidad de que solo obedece a quien lo monta siempre y no a cualquiera. Es tozudo, muy tozudo.




       Todo un desastre para Aníbal el cual tuvo que capitular estrepitosamente. Publio Cornelio Escipión se ganaría así y a partir de entonces el sobrenombre de El Africano. Las condiciones de la capitulación fueron durísimas. Eliminación de la flota, una multa de 10.000 talentos de plata (una auténtica barbaridad) pagaderos en 50 años, se les respetaría su condición de pueblo y podrían comerciar.

      Así las cosas Escipión volvió a Italia en loor de multitudes. El fasto, el oropel le rodeaban. Había vencido al pertinaz Anibal y no solo eso, Roma había puesto la bota en una perla, esa perla era Hispania. Una provincia que les costaría someter 200 años, un auténtico Vietnam para Roma. Todo lo que se mandaba a Hispania era fagocitado por la misma.

      En cuanto al Africano en el 190 a. de Cristo lo investirían Princeps Senatus y acabó mal. Por lo visto, Marco Porcio Catón (el censor) lo acusó de fraude fiscal y creeros que a Catón no se le escapaba ni una, padre de las letras latinas, había nacido plebeyo y de profesión agricultor pero poco a poco fue escalando en Roma hasta el punto de ser el dedo acusador de la misma. El Africano, harto y amargado se retiró a su finca y ya no quiso saber nada de la vida pública. Catón, era mucho Catón...

   
          Señalar que hubo tres Escpiones, a saber: Publio Cornelio Escipión, padre. Publio Cornelio Escipión "El Africano" y Publio Cornelio Escipión Emiliano, "El Numantino" o "El segundo Africano". Éste último un sanguinario. Redujo Numancia por asedio, los numantinos se suicidaban o sencillamente se mataban entre ellos. Padres y madres matando a sus hijos y luego optando por la solución natural del suicidio. En cuanto a Cartago la redujo a cenizas en la Tercera Guerra Púnica y luego la roció con sal (cosa que no entiendo ya que era tan valiosa que a los soldados se les pagaba con sal, de ahí la palabra "salario").


             En cuanto a Anibal. Escapó a Siria junto a Antíoco III y desempeñó el oficio de comandante militar. Más tarde a Bitinia con el rey Prusias. Roma había jurado la cabeza de Aníbal, pero El Africano en 193 a. de Cristo lo capturó en Éfeso y fue benévolo con él. Hay una conversación entre ambos dentro de una tienda en la que se escondía Aníbal y es esta:

        Escipión: "Dime, Aníbal para tí quienes fueron los mejores comandantes militares de la Historia?."
        Aníbal: "Alejandro Magno, Pirro y yo"
        Escipión: "Y..... si me hubieses derrotado en Zama?"
        Aníbal: "Entonces me hubiese situado en primer lugar..."

        Cuentan que el "Africano" salió de la tienda y acto seguido Aníbal se suicidaba. Tenía 64 años. Antes de suicidarse atinó a decir:

        "Libremos a los romanos de sus inquietudes, ya que no saben esperar la muerte de un anciano".

       En mi humilde opinión y como conclusión final a este ladrillo que os he soltado sobre Anibal y Publio (no se puede resumir más acertada o desacertadamente) Aníbal es uno de mis enigmas históricos favoritos. 16 años en Capua son muchos años. Tiene guasa la cosa. Hacerle morder el polvo a la todopoderosa Roma y quedarse a 100 kilómetros de la Ciudad Eterna. Todo un disparate. Que haría allí?. Había una escuela de gladiadores y andaría entretenido pero.... creo que entonces no estaba todavía montada y los de Cartago no eran amigos de los espectáculos de romanos. Las escenas de Espartaco cuando matan al negro de una lanzada en la espalda eso es Capua. Aníbal Barca ha pasado a la historia como uno de los mejores comandantes militares de todos los tiempos codeándose con Napoleón, Julio César, El Africano, Pirro, Rommel, Genghis Khan,..... uno de los grandes de la Historia tanto Antigua como Moderna. Pudo desventrar por completo a Roma y no lo hízo. Por qué?. Ni idea. Enigmas de la Historia que como tal ciencia tiene también los suyos.

        En cuanto a Escipión, un héroe y mejor persona. Sometió a Cartago y la respetó como se merecía, no así Emiliano Escipión como he dicho antes. Valiente, aguerrido, inteligente, se sabía  jóven (se llevaba 11 años con Aníbal) disciplinado.... un gran comandante militar y... recordad que aparte de someter a Aníbal inició la conquista de Hispania. En no poco debemos nuestras costumbres a Escipión el Africano y a Roma. Calendarios, horarios, medición del tiempo, idioma, comercio, acueductos, puentes, termas, circos y coliseos, repúblicas, dictaduras, democracias, y... tres emperadores hispanos, a saber: Trajano, Adriano y Teodosio. Nuestra religión también viene heredada de Roma, no por nada el Cristianismo fue aprobado por Constantino, hijo de Constancio Cloro y de Santa Elena y así las cosas el catolicismo derivó de ello y... porqué no decirlo el protestantismo y en todas derivaciones religiosas de ambas.

         Eso sí..... Germania la conquistó Marco Aurelio, la Galia Julio César, Britania Claudio, La Dacia Trajano, la ciudad que me vio nacer Cesaraugusto, Egipto fue una prefectura al igual que Grecia pero...... Hispania no la conquistó ningún emperador y a la vez todos ellos. Le tocó la gracia a Octavio Augusto pero no fue sino el que culminó una guerra de 200 años contra Hispania en las famosas Guerras Cántabras, esa tierra de conejos era dura de roer, muy dura de roer............. Instaurando así la Pax Romana. Augusto culminó la conquista pero sabed que quien primero puso su "caligae" o sandalia romana fue Publio Cornelio Escipión apodado El Africano por su victoria allá en las extensas llanuras de Zama.