viernes, 5 de junio de 2015

El Gran Capitán y los Tercios de Flandes.

 Doscientos mil setecientos treinta y seis ducados y nueve reales en frailes, monjas y pobres, para que rogasen a Dios por la prosperidad de las armas españolas.
- Diez mil ducados en pólvora y balas.
- Cien millones en palas, picos y azadones, para enterrar a los muertos del adversario.
- Cien mil ducados en guantes perfumados para preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de sus enemigos tendidos en el campo de batalla.
- Cincuenta mil ducados en aguardiente para las tropas, en días de combate.
- Ciento sesenta mil ducados en poner y renovar campanas destruidas por el uso continuo de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo.
- Millón y medio de ducados para mantener prisioneros y heridos.
- Un millón en misas de gracia y tedéums al Todopoderoso.
- Tres millones de ducados en sufragios por los muertos.
- Siete mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados en espías y escuchas.
- Cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el Rey pedía cuentas al que le había regalado un reino.»


Con estos mimbres empiezo hoy nuestro nuevo post. Como podréis sospechar no es la contabilidad "B" de ningún partido politico actual Son otras cuentas, las del Gran Capitan. Aquellas que sí existen en el Archivo General de Simancas y aquellas según dicen expuso al final de sus campañas a un rey en no poco desagradecido, mezquino sin cuento y casquivano a maravilla. Ese Rey fue Fernando II de Aragón más conocido como  Fernando el Católico y el que se las presentó Gonzalo Fernández de Córdoba como sobrenombre "El Gran Capitán." Y es que según cuentan, Fernando recién muerta su mujer Isabel de Castilla urdió un feo complot hacia la persona de Gonzalo Fernández de Córdoba. Cuentan muchos cronistas que el rey tenía una más que declarada envidia a Fernández de Córdoba y cuentan también los exégetas que esta envidia era cretinamente apoyada por otra más que cretina casta, La Santa Inquisición. Sea lo que fuere, la cosa va de primos. Fernando V de Aragón era primo de Isabel de Castilla. Por lo que se tuvieron que falsear sus abolengos para poder casarlos mediante una bula falsa ya que el Papa Paulo II no otorgaba dispensas. No solo eso, Gonzalo Fernández de Córdoba era a su vez primo de Fernando el Católico ya que sus abuelas eran hermanas y al fin y a la postre primo también de Isabel de Castilla a la hora de su matriomnio con Fernando. Ahí era nada..... 

Hoy, me permitiréis unas cuantas líneas acerca del mayor militar español que dieron los tiempos. Aquel que cambió por completo el sistema bélico de la época, aquel que indefectiblemente de más de 100 campañas militares solo perdió una y aquel que actualmente se está empezando a reivindicar y ya de una vez por todas por muchos españoles. Quizá si los españoles conociésemos más nuestra historia pródiga en sesgos y nos preocupásemos más en entenderla no haríamos el esperpento pitando himnos.

Nos situamos en Montilla, Córdoba en un año que de facto pasaría a la posteridad, el año 1453. Nos adentramos de la mano de ese año en la Historia Moderna y abandonamos la Medieval no en vano, Constantinopla había caído a manos de los Turcos. Era el ocaso de un imperio, el Bizantino y el orto de uno nuevo, el Otomano. Gonzalo fue segundo hijo de un matrimonio de aquella Baja Nobleza la cual tenía una serie de privilegios tanto económicos como sociales, pero al fin y a la postre, un desheredado. Señalar que por aquel entonces, el hijo mayor heredaba la fortuna de los padres y al segundo se le formaba eclesialmente o en el noble arte de la guerra. Educado por el Notable Pedro de Cárcamo ya desde pequeño, Gonzalo tuvo excelente educación basada en la honradez, la piedad y la virtud además de tener conocimientos sobre la lengua árabe.

ESPAÑA MI NATURA:
Señalar que los tiempos estaban revueltos, muy revueltos y Gonzalo, adscrito a las tropas de Isabel de Castilla tuvo el honor de hacerlo en Portugal. Para aquel 1479, fue un distinguido militar de la Batalla de Albuera y dicen fiel adláter de Isabel I. Tan fiel que según cuentan pudieron ser amantes. En otro orden de asuntos quedaba en la península y a resolver la cuestión de Granada. Isabel y Fernando, a la sazón Reyes Católicos se lanzaron a conquistar la ciudad en un periplo militar de no menos de 10 años. Los árabes fustigaban, azotaban a la infantería española adoptando la guerra de guerrillas por lo que Gonzalo tuvo que reorganizar por completo el organigrama militar para así y definitivamente el 2 de Enero de 1492 Boabdil entregrara las llaves de la ciudad de Granada. La Reconquista había pues llegado a su fin y se firmaban las Capitulaciones de Santa Fe.

 ITALIA MI VENTURA:

Pero la vida del militar del Siglo XV tenía el sino de acabar una campaña para iniciar otra. 1497, Carlos VIII de Francia envía un contingente militar en expedición punitiva al Reino de Nápoles inminentemente adscrito al Reino de Aragón. 30.000 infantes serían enviados para conquistar tal territorio. Señalar que tanto los jinetes como ballesteros franceses eran a la sazón los mejores de Europa ya que venían curtidos de la Guerra de los 100 años que duró exactamente 116 abriles. El Rey de Nápoles pide auxilio a Fernando de Aragón si bien éste poseía unos magros efectivos nada comparables con los franceses y es cuando se pide ayuda al Gran Capitán. Señalar que Gonzalo era hombre de buena planta y porte en lo militar y ya en la Guerra de Granada había estado modificando por completo el arte de la guerra. Era al fin y a la postre un más que notable estudioso por lo que diseñó el Tercio depositando por completo su confianza en la Infantería junto con el apoyo naval siendo Capitan General de Tierra y Mar. El Tercio estaba formado por tres figuras elementales ideadas por él, a saber:

  - Una primera línea de alabarderos para con sus lanzas contener al enemigo.
  - Una segunda línea de arcabuceros.
 -Y.... definitivamente una tercera línea de Infantería en mezcolanza con Caballería.

Los Tercios se dividían a su vez en compañías al mando de un Capitán generalmente de natural hidalgo para luego dividir esas compañías al mando de Alféreces.

Llegados a este punto, es justo reseñar que el soldado español participaba en sus campañas en desigualdad de condiciones físicas al francés, alemán o suizo. Eran soldados mal alimentados, mal dormidos, se las veían y deseaban para cobrar unas soldadas por parte de un rey inminentemente rata y desagradecido pero su ímpetu y furia sobreponiéndose a tales adversidades tanto en el plano personal como de campo de batalla eran de un mérito más que notable.

En cuanto a los franceses eran divididos en Lanzas de seis combatientes cada Lanza, a saber:

          -Un Caballero.
  -Dos Ballesteros.
  -Dos Escuderos
  -Un Garçon el cual hacía de enlace entre el resto de las Lanzas.

Fernando, llegados a este punto de la contienda envió a 5000 jinetes y 6000 infantes al mando de el Gran Capitán ganando la Batalla de Regio de Calabria y propinando un severo castigo a los franceses en esta primera campaña para luego en una segunda vía tierra y mar hacerse con el control de Nápoles no sin antes haber firmado la capitulación los franceses. Y es que a pesar de que Francia poseía todavía efectivos suficientes la que se les avecinaba no era manca. El Gran Capitán ostentaría el título durante 4 años de Virrey de Nápoles. Gonzalo, nunca fue amigo de masacres en el campo de batalla si bien he de decir que en Regio se produjo un castigo más que brutal a la tropa francesa la cual fue pasada a cuchillo. Fue la única vez que lo hízo con la firme preferencia de que cundiera el pánico entre las filas francesas. Y..... surtió efecto. Ya no tuvo que hacerlo nunca más. Fue en la segunda expedición de Gonzalo cuando definitivamente expulsó a los franceses por violar un tratado entre Fernando y el rey francés en la Batalla de Savignola donde el castigo fue mayúsculo: 3000 franceses muertos contra 100 españoles fallecidos. Señalar que ya para entonces se había ganado la justa fama de hombre piadoso y no pocos franceses abandonaban sus impedimentas para garantizarse una salida cuando menos honrosa y salvar sus vidas. Fue este uno de los hechos los cuales más fama dio a Gonzalo y a la vez mayores pingües beneficios le proporcionó.






Llegados a este punto, se establecieron por diversas localidades españolas puntos de captación voluntaria para los Tercios de Gonzalo Fernández de Córdoba. Loado gracias a sus victorias, su entendimiento tanto de la tropa como de su edecanía, su justicia sin límites en el campo de batalla propiciaron que no pocos corrieran a apuntarse para combatir junto a él y conocerlo en persona. Esas reclutas se hacían mediante un tambor. Un soldado de su majestad recorría las localides con un
tambor anunciando captación militar. De ahí el sobrenombre de "caja de reclutas". El primer contrato era de 10 años y en el supuesto caso hubiese otro el reenganche eran 10 años más. Así las cosas, hubo muchos soldados que solo conocieron la perra vida de los Tercios. Pasaban hambre, frío, calor, enfermedades, amputaciones y miserias a maravilla unos soldados que dada la ruindad de su rey las más de las veces no cobraban la soldada y si lo hacían tarde y sin la cantidad prometida ya que de sus uniformes se les descontaba todo. Eran pobres soldados o soldados pobres como se quiera denominar pero sin duda alguna los más valientes y efectivos de Europa en manos de su legendario Capitán. Creédme que su situación era más que calamitosa.


Las campañas eran extraordinariamente largas y en una ocasión se produjo un duelo entre caballeros. Se había corrido la voz por la zona que los franceses eran los mejores caballeros de toda Europa. Gonzalo, molesto reunió a sus caballeros y desafió a los franceses a una lucha sin cuartel entre 11 caballeros de los Tercios y 11 caballeros franceses. El encuentro duró más de 5 horas. Es cierto que los franceses en no pocas ocasiones estuvieron a punto de pedir la rendición pero el juez dando por suficiente el espectáculo declaró el mismo en tablas.

     También la flema francesa hacía de las suyas en lamentables espectáculos. Caballeros franceses se paseaban cerca de las líneas españolas dejando letreritos los cuales cretinamente conminaban a Gonzalo a que los atacara de una vez por todas a modo de desafío. Gonzalo respondía de la misma forma alegando que él atacaría cuando lo considerase oportuno y no cuando le invitasen sus enemigos. Hasta ahí llegó su fama entre sus enemigos.

España es de natural poco agradecida con sus héroes. Gonzalo Fernández de Córdoba tuvo como principal enemigo su fama y popularidad. Con estos mimbres no es de extrañar que el bellaco de Fernando El Católico y a la muerte de su esposa y prima Isabel de Castilla Gonzalo fuese reclamado a España y el régulo le pidiera cuentas ya que se tenía sospechas de alzamiento de bienes por su parte. Gonzalo, demoró su vuelta todo lo que pudo para definitivamente postrarse ante su rey con un listado contable de lo que había y no había gastado. Por lo visto el mezquino de Fernando no se había enterado que Gonzalo había hecho ganar al estado español más de 100.000.000. de Ducados y evidentemente lo dejó ir en paz. Humillado por un desagradecido rey se retiró a Loja (Granada) donde murió muy tranquilo en el año 1515.

A día de hoy al populacho si le preguntas por Gonzalo Fernández de Córdova te dirá que así es justo como se llama su vecino del Segundo A y si le preguntas por Fernando El Católico te dirá que fue el mejor rey que tuvo España y muy piadoso porque expulsó a los judíos. Es normal, para que nos vamos a engañar si ninguna autoridad ha reclamado su obra y menos educado a sus cachorros salvo para pitar himnos... Recientemente reivindicado por muchos sectores ideológicos tildados falaciamente de rancios a día de hoy son los únicos que socialmente loan la labor del mejor militar español que dio España y la Europa de su tiempo junto a Blas de Lezo, Don Álvaro de Bazán a la sazón Marqués de Santa Cruz y del General Prim. España tiene bastante complejo a la hora de requerir héroes como los aquí citados y un complejo ya contra natura tremendamente exacerbado en su afición hacia la mentira histórica y el tópico liandola ya parda en mezcolanza con la política. El confundir, junto con la poca ilustración dan lugar al disparate y al ridículo que dicho sea de paso es endémico en el español de a pie, bueno de natural pero patán y destripaterrones sin cuento.

FLANDES MI SEPULTURA:

     Como colofón y justo agradecimiento a aquellos que dieron sus vidas por la gloria de España en innumerables victorias haré un más que somero apunte sobre la creación del Gran Capitán y su legado, los temidos Tercios de Flandes. Los mejores soldados que dio Europa:

   
A decir verdad eran los denominados Tercios Viejos de Flandes aquellos que por su experiencia en batallas y escaramuzas se ganaron tal apelativo. Por lo general los Tercios estaban dotados de gente de natural menesteroso acostumbrados a los rigores del campo, del frío y del calor. Señalar que en España y ya entonces poco había más que hacer. Como ya he expuesto antes la industria y la banca estaba quebrada por la expulsión de los judíos y en España había cuatro opciones para el vulgo. La Primera marchar de forma incierta a América. Se calcula que más de 5.000.000 de españoles fueron allí. La segunda morirse de hambre. La tercera contraer estado religioso por lo que la vianda así y a vuelapluma estaba asegurada y la cuarta ingresar en los Tercios, ahora ya sin el Gran Capitán y sí como fuerza de choque. Su lema: "ESPAÑA MI NATURA, ITALIA MI VENTURA, FLANDES MI SEPULTURA." Es por ello por lo que he subdividido este post en tres capítulos.

   

   Los Tercios conquistaron la práctica totalidad de Europa. Se calcula que sus conquistas brillaron por más de 150 años. Hombres rudos de madera y pedernal se les exigía combate con honor y ser duchos en el manejo del cuchillo y el espadín. En otro orden de asuntos, el Tercio y desde la soldada no hacía remilgo alguno en cuanto al origen del aspirante el cual si reunía unas condiciones podía llegar a Maestre y os aseguro que con una gran reputación y reconocimiento social. En un principio, se firmaba un contrato como antes he dicho de 10 años pero poco a poco se fueron relajando las cajas de reclutas dando lugar a mercenarios venidos de tal o cual región y llevados a una batalla u otra. Señalar que las pagas con uno u otro rey eran siempre las mismas. Soldadas miserables, tarde mal y nunca si bien el soldado tenía que jugarse la vida de continuo y estar sometido a cierta disciplina militar si bien la camaradería era frecuente entre mandos y subalternos.

Señalar que el ingreso en los Tercios no era patrimonio exclusivo de españoles. Los había portugueses, suizos, alemanes, franceses..... de todo pelaje y nacionalidad. En cuanto al uniforme nunca era homogéneo si bien lo unían no pocos cánones. Se podía discernir la procedencia social del soldado sobre todo en el espadín ya que las espadas eran unas de mejor calidad que otras. Así y en esencia vestían siempre un jubón de cuero, sombrero de ala ancha, pantalones bombachos de esos que popularmente se denominan como "cagaculos", botas altas dobladas a la altura de las rodillas, camisa con cuello doblado a la valona y dos pañuelos, uno en el cuello de diversa procedencia y uno rojo siempre en el brazo. El del cuello era para utilzarlo en diversas lides militares y el del brazo para poner de manifiesto la vitola de pertenencia a un Tercio Viejo Español. La Cruz de San Andrés también identificaba al soldado con su Tercio. En cuanto a las clases sociales estaba el denominado "picasele" orientado al vulgo y el "coselete" más propio del hacendado. El color de su uniformidad era el marrón evitando siempre el negro más que nada para no ser visto de lejos y a la llegada de Felipe II al poder se optó por un uniforme cada vez más homogéneo en los nuevos reclutas. Pobres de solemnidad la inmensa mayoría de ellos robaban en el frente la indumentaria de sus camaradas muertos y su uniforme era descontado del pago por su reclutamiento.

Era extraordinariamente común operar en escaramuzas de cosecha propia siempre y cuando se hiciese con honor y no fuera en contra de los intereses del Tercio ni de España. Por lo que muchos mercenarios obtenían grandes botines en incursiones espontáneas. Y es que eso en cierto modo llegaba a paliar la escasez de la soldada que las más de las veces tenía que buscarse la vida en tal o cual lid. En esencia hacer horas extras trabajando como autónomo. Y es que el autónomo siempre fue hombre de natural contumaz y arriesgado en España....


En cuanto al generalato era de extraordinaria competencia. Al Gran Capitán hay que unir legendarios como Don Juán de Austria, Alejandro Farnesio o el Duque de Alba. Señalar y a título anecdótico que en Holanda a los niños se les aterroriza con el Duque de Alba para lo que en realidad es a lo que aquí el "coco" en España. Llamar Alba a una niña es como llamar a un niño Judas en Madrid, Zaragoza u Oviedo.


Los Tercios se dividían en Compañías (250 hombres), Coronelías (1000 hombres) y tres Coronelías eran un Tercio Viejo Español. Los alféreces eran el enemigo público número uno puesto que portaban la bandera del Tercio. Y también había capellanes y cirujanos además de niños de corta edad que tocaban los tambores. El Tercio era acompañado muchas veces por Tropeles que no eran sino putas, artesanos y gente de diversa ralea que llegado el caso podían ser útiles al Tercio. La Cruz de Borgoña acompañaba siempre a estos valerosos soldados.


En cuanto a batallas victoriosos siempre. Ostende, Gravelinas, Pavía, Nordlingen, Breda inmortalizada por Velázquez en el para mí mejor cuadro de la Historia de España ("Las Lanzas" o "Rendición de Breda"), hasta la sepultura de los Tercios en Rocroi un mal 19 de Mayo de 1643, más por la incompetencia y corrupción como ahora de nuestros gobernantes antes que por la eficacia de los Tercios. Y es que en España ser pobre siempre ha sido bastante jodido....


 Como colofón y haciendo reflexión, Carlos I de España y V de Alemania siempre fue un magnífico emperador ocupándose de sus asuntos de Estado. Felipe II si bien declaró bancarrota su país tres veces también fue un hombre de Estado pero a partir de Felipe III todo fueron sinvergüenzas y obispos en España. Validos completamente incompetentes tales que el Duque de Lerma, Duque de Uceda y personajillos con más sombras que luces como el Conde Duque de Olivares llevaron a España a la más misérrima ruina. Preocupados más por la caza que por sus conquistas tanto militares como económicas llevaron a este país al acabóse en una más que seria connivencia con el clero católico. El nepotismo, la simonía, la venalidad de los cargos públicos y eclesiales hacían de esta gran España una tierra donde todo, absolutamente todo estaba tamizado en base a enchufismos y favoritismos a maravilla tal que ahora. 


Pero sabed que hubo un día en que el español se sintió orgulloso de serlo y que dominó toda Europa siendo el terror y el azote de alemanes, franceses, suizos, holandeses e italianos. No obstante....... quedaba todavía la conquista de América del Norte y del Sur. Porque recordad amigos que no solo conquistamos Sudamérica sino 2 tercios de todo el continente desde el Norte hasta el Sur.

Y.... ahora vedlo, leedlo y escuchadlo:

No me voy a extender en demasía. Sencillamente "Las Aventuras del Capitán Alatriste" de Arturo Pérez Reverte detallan como nadie la época que nos ocupa y los Tercios. Compuesta por 7 tomos de letra grande, ilustraciones y buen lenguaje se lee como los tebeos del Guerrero del Antifaz. Tanto en literatura como en cine, claro. La película genialmente interpretada por Viggo Mortensen no está doblada su voz. Sencillamente Viggo domina perfectamente el español en una caracterización extraordinaria para mercenario, un buscavidas dentro de los Tercios.





      Señalar que las batallas son espeluznantes dentro de un realismo rayano la perfección. No llega a Barry Lyndon de Stanley Kubrick pero......... por el pelo un conejo.


Y..... los libros:




Y..... el Himno de los Tercios de Flandes. Este himno nadie lo pita. Ni saben que existe y ni mucho menos que significa...... Y es que el que es tonto no es pa un día.... Sería buena idea entonarlo alguna vez en un campo de fútbol.

  

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