Hoy vamos a hablar de una aventura épica. La de los españoles en la Segunda Guerra Mundial. Porque no fueron solo aquellos divisionarios los que se dejaron la vida en las inmensas estepas rusas, sino que también los hubo republicanos y muchos los que se adscribieron a la URSS como voluntarios afines al comunismo.
En primer lugar he de reseñar que si hay alguno que se sienta zaherido tanto por cuestiones políticas, morales, éticas e ideológicas este sin duda no es su post. Que lo cierre y se dedique a otros menesteres más acordes con su forma de pensar. La División Azul hay que tratarla como tal, como unos héroes.
Fanáticos o no fueron a combatir el comunismo y nunca, nunca como mero objeto de conquista o invasión con el Régimen de Adolfo Hitler como veremos ahora. Así las cosas comenzamos pues con una epopeya de dimensiones bíblicas la que se dio en aquellas lejanas estepas rusas:
Corría el año 1939 cuando en España acabó una guerra fraticida entre hermanos, la Guerra Civil. Con el resultado que ya todos sabemos, el Régimen del General Franco se mal enseñoreaba por toda España. Digo mal eseñoreaba porque en realidad no había de nada que enseñorear en este país. Franco con una peseta completamente devaluada, hambre, odio, muchas zanjas que cavar y un resquemor feroz al comunismo declaraba su neutralidad en la Segunda Guerra Mundial para así de un salto y como por arte de birlibirloque declararse a partir del 40´ como potencia no beligerante. Decir que Franco bailaba siempre con la más guapa. Véase ora con ninguna ya que el pasodoble no era de su estilo, ora con Alemania, ora después con los aliados. A su gusto, haciendo lo que le daba la real gana en este su cortijo llamado España, y lo peor de todo: Siempre le salía bien. Algo tendría este hombrecico para que todo, todo le saliera bien. Baraka, suerte?????. Ni idea. Todo le salía bien. Y la División Azul tampoco le iba a salir mal.
Se montaron cajas de reclutas a lo largo y ancho de toda nuestra geografía a partir del 24 de Junio de 1941. Señalar que se apuntaron 90.000 hombres para un primer reemplazo que sería de unos 18.000 hombres. La inmensa mayoría y en torno a un 80% eran falangistas, los mandos iban a ser siempre oficiales profesionales. En la Academia General Militar de Zaragoza se apuntaron todos y cada uno de los cadetes solo por citar un ejemplo. Así las cosas también habría personajes e intelectuales de la talla de Dionisio Ridruejo, Luis García Berlanga o Agustín Aznar.
Motivos para alistarse muchos y la mar de variopintos. Aventura, fanatismo, cobrar la paga, escapar de España, ideología, huir de la mujer...... muchos, como he dicho. En el caso de Berlanga el de depurar su imágen y la de su familia. En el caso de Ridruejo, el falangismo. Un falangismo que al fin y a la postre acabaría por abandonar harto del mismo.
Señalar que la División Azul se le denominó de tal color por el tono de las camisas de los falangistas los cuales llevaban la camisa de Falange debajo de la oficial de la Wehrmacht. La camisa azul siempre se veía así debajo de otra como muy bien se puede apreciar en la primera de las ilustraciones.
El comandante de tan magna empresa sería el General de División Agustín Muñoz Grandes en primera instancia. Germanófilo hasta la saciedad, héroe de Marruecos con más de 9 heridas en su cuerpo e íntimo del felón de Ramón Serrano Súñer luego nos detendremos dando unas pequeñas pinceladas y a lo largo del post para que veáis la personalidad del mismo. De él y de su sustituto, Emilio Esteban Infantes.
En Julio de 1941 la División se dirige a su destino en Baviera para así culminar una instrucción de cerca de tres meses. Decir que juraron lealtad a Hitler y que desfilaron ante él pero...... eso sí, en su juramento y ahora viene el engaño juraron lealtad para su lucha contra el comunismo. Nada más. Ellos al fin y a la postre eran súbditos españoles y no estaban en una guerra de ocupación contra la URSS. Los oficiales de la Wehrmacht se quedaron sorprendidos de la que se le venía encima. Los tildaban de sucios, muy ruidosos, descuidados, insubordinados pero...... nada más lejos de la realidad. A partir de entonces se pasaría a llamar la 250ª División de la Wehrmacht.
Con estos mimbres era una división no mecanizada y les hicieron caminar 1000 kilómetros atravesando Polonia, Lituania y Bielorrusia hasta el frente. Nadie sabe porqué. Si era para hacer tiempo, para endurecerlos..... es algo que se desconoce la vocación de tamaña caminata. El caso es que el año 1941 se cerró con 800 muertos en diferentes sectores del frente, y no habían hecho sino llegar a Rusia.
10 de Enero de 1942,
Lago Ilmen a unos 50 kilómetros del frente asignado. Así las cosas, el Capitán Ordás es enviado a liberar una bolsa de unos 500 alemanes cercados. Ordás con 202 esquiadores se dirigió a la zona a 40 grados bajo cero, alcanzándose temperaturas de hasta -56 grados. No es de extrañar pues que 102 soldados murieran de congelación antes del combate. Ordás se comunicó con Muñoz Grandes y éste le dijo que siguiera y que apurara hasta el último hombre. Así las cosas y con lo que le quedaba a Ordás lograron crear una escaramuza y apoyar a los alemanes, los cuales lograron salir de la bolsa en la cual estaban encerrados. Señalar que los rápidos movimientos de los esquiadores, el factor sorpresa, un apoyo de 40 soldados letones y la audacia de los alemanes que se veían respaldados la operación fue un éxito. Decir también que se enfrentaban contra 3000 tiradores soviéticos y que entre los hombres que quedaron se repartieron 32 cruces de hierro muchas de ellas a título póstumo. De 202 hombres solo quedaron 12. Sucios, ruidosos, desobedientes pero muy valientes. Siempre, siempre combatieron en inferioridad numérica.
Señalar que para aquel entonces Franco ya se había entrevistado en 1940 con Hitler en Hendaya y le dijo que para nada pretendía entrar en la Segunda Guerra Mundial o cuando menos las peticiones de Franco eran más que inaceptables por Hitler. Hitler se vio desbordado y exclamó a Ribbentropp que prefería le arrancasen una muela antes de volver a ver a ese General. Nunca más se vieron felizmente. Con estos mimbres Hitler desarrolló lo que se denominó como la
Operación Fénix o invasión de España a través de Gibraltar en algo que al fin y a la postre no traería al dictador alemán sino una respuesta más que inmediata por parte de Inglaterra para complicarse la vida con un más que posible añadido escenario de operaciones. Franco dio orden expresa a Muñoz Grandes de que
"ni un paso atrás". Había que dejar el pabellón español bien alto. Para que Hitler supiese muy, muy bien como se las gastaban los españoles.
Decir que los españoles para nada trataron nunca mal a la población indígena. Nunca se propasaron con ellos, muy a diferencia de los alemanes que si bien tenían tácitamente prohibido entablar conversación con la población rusa los españoles no. En sucesivas entrevistas que he escuchado por radio de testimonios de divisionarios españoles ya ancianos antes de hacer este post, a juicio de ellos los alemanes se comportaban con la población rusa como unos cerdos, muy a diferencia de los españoles. Sucios, ruidosos, desobedientes pero buenas personas. En su juramento iban a combatir el comunismo y no a matar inocentes. Decir que en no pocas ocasiones acababan a mamporrazo limpio con algún animal de las Waffen SS. Hubo de todo, en ese sentido.
En la masacre de
Poshak un contingente de soldados españoles al mando del
Alférez Moscoso encontraron la muerte contra varios tanques T-34, T-26 y varias ametralladoras de posición. La visión fue dantesca. Sencillamente los dejaron clavados con las bayonetas al hielo a esos infelices.
En cuanto a Agustín Muñoz Grandes le sería concedida la Cruz de Hierro de Segunda Clase, la Cruz de Hierro de Primera Clase y la Cruz de Hierro con hojas de Roble. El General Franco y ante el caríz que estaban tomando los acontecimientos para con su edecán decide relevarlo del cargo al cabo de un año y es que tanta medalla no era nada bueno. Señalar que en no poco Hitler había condecorado a Muñoz Grandes tres veces en la Guarida del Lobo en Prusia Oriental atrayendoselo así hacia la verdadera causa nazi. No en vano Hitler pretendía a la larga tomar España a la fuerza en la ya mencionada Operación Félix a través de Gibraltar, derrocar a Franco y poner en su lugar a Muñoz Grandes. Hitler siempre consideró a Franco un incompetente pero sin duda alguna Franco era un General de los pies a la cabeza y él un miserable cabo, paranoico, obsesionado con la pureza racial y un genocida. Y Franco lo sabía, vaya si lo sabía. Señalar también que la División Azul se embarcó en esta aventura sin conocimiento de causa del genocidio nazi. Sencillamente a los judíos se les perseguía pero aún no se les había empezado a exterminar. Franco sería lo que cada uno tenga a entender pero racista, nunca. De hecho tenía una guardia mora y era un amante de África. No creía en la pureza racial y era ante todo y sobre todo católico. Solo se apoyó en el Opus Dei para al fin y a la postre reconstruir España y ni una casta más. Tampoco contaba con otra................
Así las cosas en Enero de 1942 Muñoz Grandes es relevado del cargo, pierde peso específico el cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer y Muñoz Grandes sería ascendido a Teniente General y pasando a ocupar cargos políticos a la larga en el Movimiento. Grandes pues, sería sustituido por un brillante militar.
Emilio Esteban Infantes, un General de Brigada no adicto a Hitler. Adolfo Hitler y ante la decisión de Franco de relevar a Muñoz Grandes se quedó sorprendido y tuvo retenido al nuevo general durante unos días ante la incredulidad del cabo de bohemia de la decisión de Franco. Señalar que Esteban formó parte de la Sanjurjada o golpe militar de
Sanjurjo antes de la sublevación. Africano hasta la médula sabía muy bien lo que se hacía y llegó a ser Capitán General de la VII Región Militar y Jefe de la Casa Militar del General Franco. En la División Azul y mostrando encarecidamente una inclinación hacia combatir allí en las frías estepas rusas fue ascendido a General de División y condecorado por Hitler, imagino que no muy a su gusto con la Cruz de
Caballero de la Cruz de Hierro. Emilio Esteban Infantes, tenía tan solo 50 años cuando llegó a Rusia. Y su bautismo de fuego sería de armas tomar.
Esteban tomó posesión el 12 de Diciembre de 1942 de la mano de Muñoz Grandes y le tocaría a él el gusto o disgusto de acometer la mayor hazaña bélica de la División Azul (Krasni Vor). Así como Muñoz Grandes había sido relevado del cargo el resto de los soldados también fueron reemplazados por otros nuevos. Otro contingente de 18.000 efectivos sería enviado a Rusia. Decir que esta vez el personal en España ya no mostraba tanto entusiasmo ante lo que llegaba de Rusia. Además politicamente, las tornas cada vez cambiaban más del lado de los aliados y la Wehrmacht ya no era invencible.
Y es que a Esteban Infantes le tocó bailar con la más fea. Así las cosas
Von Manstein reduce Sebastopol y concluye así la conquista de Crimea. La División Azul inicia así la
Batalla de Enga en la cual el
Capitán Patiño parte con un destacamento de 800 hombres, escasamente pertrechados partiendo en 20 camiones. Con estos mimbres se enfrentaron contra las divisiones rusas en una lucha en completa desigualdad de condiciones donde de 800 hombres solo quedaron 70. Pero el destino, no contento para con estos infelices les jugó una peor pasada. Ya que estaban allí destacados recibieron la orden de tomar una colina. Patiño partió por ello con sus 70 hombres. De esos efectivos solo regresaron 28 y en un solo camión. En resumidas cuentas, de 800 solo regresaron 28 soldados y el Capitán Patiño no corrió mejor suerte, también murió. Un desastre en toda regla para la División.
Por si no fuera poco el 10 de Febrero de 1943 tendría lugar la batalla más sangrienta de la División Azul. La
Batalla de Krasni Bor donde 5.900 españoles se verían las caras con más de 44.000 rusos bien pertrechados por carros de combate, aviación y los organillos de Stalin, los feroces cohetes Katiuska. Así las cosas se dieron casos completamente surrealistas tal que el del
cabo Topete colocando una mina en un T-34. De esta guisa Topete se había percatado de que el tanque había avistado a sus compañeros de armas. Ni corto ni perezoso se lanzó contra el tanque con una mina y Topete y el tanque volaron en pedazos. De 5.600 soldados en la Batalla de Krasni Bor murieron nada más y nada menos que 4000.
Ante el caríz político que tomaban los acontecimientos y que ya estábamos en 1943, el General Franco cambió de pareja y dejó a la más fea de ese momento, Alemania. Por lo que el 10 de Octubre de 1943 se ordenó una inminente repatriación escalonada de la División Azul. El horno no estaba ya para bollos con los nazis y la
Operación Félix aquella que se las prometía muy felices a la hora de invadir España por parte de Hitler quedó demorada in eternum, una locura más del genocida austríaco se vería dinamitada. Luego llegaría
Kursk (Operación Ciudadela), El día D
(Operación Overlord), y el que iba a ser invasor de la Unión Soviética ponía pies en polvorosa, replegándose hacia el Oeste en una operación fallida, la
Operación Barbarroja que había durado no menos de 4 años y que había desplazado 4.000.000 de efectivos. Un desastre.
En mi opinión la División Azul tuvo esa mezcolanza entre heroicidad, aventura, fanatismo, redención política, saberse ganador y valentía. Pero si he de ser sincero los engañaron vilmente. Al menos, eso pienso. Tened en cuenta que Franco pagó muy caras y a costa de vidas humanas aquellas armas prestadas por Hitler y la
Legión Condor. Con la División Azul quedaba condonada un tercio de la deuda que ascendía a unos 2000 millones de pesetas y los otros dos tercios serían devueltos por Franco una vez acabada la II Guerra Mundial con un marco más que devaluado. Franco no quedó en muy buen lugar con la División Azul. Definitivamente y al fin y a la postre muchos divisionarios que regresaron, huérfanos, padres, madres y esposas de fallecidos llegaron a la conclusión que fueron no a luchar contra el comunismo sino a una conquista de
Espacio Vital necesario para Alemania y las ínfulas expansionistas de Adolfo Hitler.
. Tampoco fueron pocos los que tomaron la acción como una forma de limpiarse falangistas de encima que imbuídos en su fanatismo a Franco le hacían un flaco favor. Señalar que para favores ya tenía al Opus Dei y la Iglesia Católica, de hecho y como bien apostillé antes no necesitaba de más castas.
Por si fuera poco Franco se encontraba legalmente en tierra de nadie. Me explico, en un principio pasó de neutral a no beligerante para volverse a volver neutral. Ante lo cual los rusos no consintieron en devolver a sus presos españoles bajo ningún concepto. Ya que en realidad y una vez acabada la Segunda Guerra Mundial España no pintaba ni había pintado absolutamente nada en la escena bélica. 12 largos años tardaron en regresar no los divisionarios sino los prisioneros españoles tanto republicanos como nacionales de la URSS de Stalin, eran sin duda alguna unos apátridas. Lamentable. No solo eso, tampoco fueron reconocidos ni por la Cruz Roja y ni mucho menos y a diferencia de otros prisioneros tampoco podían tener ningún tipo de correspondencia con sus familias. Sencillamente no existían. Definitivamente y al cabo de 12 años un acuerdo entrambos países y su diplomacia propició su regreso en un buque, el Semiramis, con presos tanto de un bando como del otro. Los 286 hombres llegaron a bordo vía Odesa-Barcelona en aquel maldito barco el 2 de Abril de 1954.
En mi opinión fue una traición en toda regla no a unos ideales pero sí a un heroísmo que al fin y a la postre dieron sin nada a cambio sus vidas. Haciendo una enumeración de la situación yo lo veo así:
1.- Franco evitó la
Operación Felix o invasión de España por Hitler mandando a la División y demostrando la validez y fanatismo español. A la vez contemporizaba a la espera de acontecimientos. Cuando se dio cuenta de que Hitler intimaba con Muñoz Grandes lo retiró sin ambages ni cortapisas ante la sorpresa del genocida austríaco. En otro orden de asuntos, la Operación Felix prometía un escenario más de operaciones para Alemania ya que Gibraltar sería tomado y el desfile de tropas inglesas por España sería más que revelador.
2.- A estas alturas es innegable que un craso favor lo pagó con sangre y penurias.
3.- Franco fue un incompetente supino al no adscribirse a ningún bando sin duda presionado por la Iglesia Católica. De sus dotes como diplomático... sin comentarios, un negado. También es verdad que con Stalin no se podía ser diplomático y que España tampoco estaba como para más guerras. Como consecuencia de ello unos infelices no regresaron hasta bien entrado 1954.
4.- Se ahorró no pocos millones de pesetas vendiendo muy cara una ayuda exterior.
5.- Hizo lo que quiso y como quiso según cambiaba el transcurso de la contienda.
6.- Engañó a sus soldados en una cruzada que no era en sí anticomunista sino toda una guerra de conquista.
7.- Ante los aliados quedó de pena. Cuando giraron los acontecimientos bien que los retiró para mostrarse pro-aliado.
En cuanto a las condecoraciones no fueron pocas:
2 Cruces de Caballero con Hojas de Roble.
2 Cruces de Oro.
138 Cruces de Hierro de Primera Clase.
2.359 Cruces de Hierro de Segunda Clase.
Y..... 8 Laureadas de San Fernando de las cuales 7 fueron a título póstumo y una al regreso para Teodoro Palacios Cueto en el buque Semiramis tras 12 años de cautiverio.
En cuanto a las víctimas:
4.954 muertos, 8.700 heridos, 2137 mutilados, y 372 prisioneros de los cuales muchos no regresaron. De un total de más de 40.000 personas.
En líneas generales un auténtico desastre.
Sirva pues este post como homenaje a todos aquellos que se dejaron la vida en las lejanas estepas de la Santa Madre Rusia. Con sus ideales tanto de uno como de otro bando. Supieron pelear como nadie y en no poco colaboraron así a la no invasión de España por parte de Hitler. Siempre por supuesto a la orden del señorito dueño de este cortijo durante 40 años, el General Franco. Que cada uno saque sus conclusiones.