Corría el año 1808 cuando las tropas de Napoleón se enseñoreaban por toda Europa. Napoleón fue sin duda el gran militar, el gran estadista y el gran comandante, el último emperador romántico de la Historia de Europa. Así las cosas, Napoleón entró en España. Traidor y mafioso donde los haya, no por nada no era francés sino corso, entró en la Península Ibérica con la excusa de invadir Portugal y ya de paso quedarse con este gran portaaviones que es España en las Guerras Napoleónicas. Empezaba la Edad Contemporánea en España. En España sería una guerra civil encubierta.
"Qué guerra, que hombres, cada calle un sitio, cada casa una mina. Es horrible verse obligado a matar a tanta gente, o mejor dichos a tantos furiosos. El Emperador ya la sabe, se lo he dicho, esta guerra es terrible, no sabemos como acabará. La victoria da pena."
Palabras del Mariscal Lannes a la muy heróica ciudad de Zaragoza.
José de Rebolledo Palafox y Melci adicto a Fernando VII, el rey felón y que tan poco hizo por España se encontraba en Zaragoza por casualidad. En una ciudad muy poco defendible. 2 periódicos, 40 conventos, una Basílica que a posteriori le daría tal título Pío XII, 55.000 habitantes, una colonia francesa de unos 7000, la escuela de artes y oficios, 8 puertas, una universidad y un polvorín en el castillo de la Aljafería. Eso sí, la geografía de la ciudad era un enjambre de calles intrincadas, pequeñas, cortas y fáciles de defender.
Así las cosas Napoleón envió regimientos polacos procedentes del Vístula en Junio de 1808 al mando de Lefévre. Napoleón se las prometía muy felices. La ocupación militar de España estaba siendo todo un éxito pero en Zaragoza toparía con un hueso duro de roer, muy duro de roer ya que nunca contaron con la tenacidad, el brío, la fuerza y la cabezonería del oriundo aragonés.
Decir, que en el primer Sitio a Zaragoza intervinieron, ancianos, niños, hombres y mujeres y los franceses no daban crédito a lo que veían sus ojos. 1200 obuses cayeron sobre la ciudad de Zaragoza. Disparados en su mayoría desde la arboleda de Macanaz al otro lado del Ebro de donde sita el Pilar.
El dos de Julio se produjo un hecho insólito. En la denominada puerta del Portillo unos zaragozanos sucumbieron ante el empuje de los franceses. Cayó el artillero muerto y una mujer catalana, natural de Reus corrió hacia el cañón cargado, cogió la tea y disparó repeliendo todo intento de incursión por parte francesa. Su nombre Agustina Zaragoza que pasaría a denominarse a partir de entonces Agustina de Aragón que aún a día de hoy y por siempre será la heroína de la Inmortal ciudad de Zaragoza. Una valiente mujer que como otras estuvieron en vanguardia o retaguardia con su mudo quehacer apoyando a resitentes en la Guerra de la Independecia. Agustina, Manuela Malasaña, Madre Rafols..... son claros ejemplos de mujeres valientes sin cuento y a maravilla.
En total 2000 zaragozanos murieron y 3000 franceses corrieron esa misma suerte. Así las cosas los franceses fueron repelidos por los zaragozanos y se retiraron. Se corrió la voz de que los franceses habían caído en Bailén por el General Castaños aquel que una vez cenó con Lord Byron y que Jose I, alias "El Plazuelas" había huido de Madrid. Así pues el francés ya no era un soldado invencible.
Napoleón montó en colera y sometió a Zaragoza a un segundo sitio todavía más feroz, el más surrealista. Esta vez ya no sería una caballería polaca sino tropas de élite curtidas en Austerlitz, Marengo, Ulm, en Jena.... 35000 franceses con doble dotación de cañones. Se acercaba el otoño de 1808 y en concreto el 30 de Noviembre. No obstante, Antonio Sangenís de profesión ingeniero había fortalecido la ciudad para lo que los zaragozanos imaginaban un segundo sitio. A Napoleón no se le humillaba tan facilmente.
El 21 de Diciembre empezaba un sistemático asedio a la ciudad. Esta vez bombardearían hasta el Pilar. 20.000 bombas caerían sobre la ciudad no respetando ni las creencias religiosas de los zaragozanos al intentar destruir la Basílica. Aún a día de hoy en la fachada lateral de la Basílica se pueden apreciar los agujeros hechos por los obuses en El Pilar.
Se declaró una epidemia de tifus y se calcula que 100 zaragozanos morían al día junto con Antonio Sangenís y Jorge Ibor, el Tío Jorge. Un hombre rudo, de alpargata y cachirulo. El 21 de Enero había caído el 40% de la ciudad pero a pesar de ello miles de zaragozanos eran capaces de repeler al francés. Y el 20 de Febrero con un Palafox aquejado de tifus capitula la ciudad. Los muy ladinos y al cabo de unos días se llevaron hasta el tesoro del Pilar, lo poco que quedaba en Zaragoza
12.000 franceses murieron en el segundo Sitio. De los 55000 habitantes de Zaragoza solo quedaron 12000 y aún así estos pocos supervivientes se negaron en rotundo a presentar fidelidad a José Bonaparte, ante lo cual fueron conducidos a Francia cautivos con el calificativo de fanáticos. Entre ellos Palafox el cual fue tratado como a un sinvergüenza y encerrado en un castillo.
En la Guerra de la Independencia española murieron cerca de 600.000 españoles. Solo en Zaragoza murió el 10% del total. Los franceses perdieron a 120.000 hombres el 10% de las bajas solo en la ciudad de Zaragoza. Zaragoza fue la Numancia moderna dejándola reducida a cenizas. Tardó muchísimos años en recuperarse.
Los aragoneses tenemos fama de tozudos, tercos, testarudos y cabezones, antes con los Sitios, ahora con el Trasvase. Pero debido a este sublime hecho histórico su indiosincrasia no gira en un odio sistemático al gabacho pero sí tiene muy presente que hace 200 años fue humillado, pero más humillado lo fue Napoleón. Perdió 12.000 soldados de élite que le hubiesen muy bien venido para sus incursiones militares europeas. Insisto, la flor y nata del ejército napoleónico se dio cita en Zaragoza. Napoleón sencillamente pensaba que estaba tratando con demonios, con fanáticos, con gente sin el menor sentido común pero fue gracias a acciones como estas lo que propició su derrota definitiva.
Zaragoza a hoy en día es en sí un monumento a los Sitios. La Plaza de los Sitios (antes denominada de José Antonio), la calle Boggiero un cura asesinado por los franceses y arrojado al río Ebro, la calle Casta Álvarez, Sangenis, Plaza Sas, Paseo Independencia, Calle de Antón Trillo tan citada en los Episodios Nacionales de Galdós en el capítulo dedicado a Zaragoza, una placa conmemorativa al General Lannes que pasa desapercibida en la Calle Moneva, e.t.c........ Solo hay que saberlo pero como nadie lo sabe piensa que la ciudad lo vio nacer carece de memoria histórica pero nada más alejado de la realidad. Zaragoza son Los Sitios, así como París, Napoleón.
Y... de Napoleón qué decir..... Con la primera foto ya sobran comentarios. Estaría subido a un pony con peluca como crin?. Fijaos en la pretenciosidad de Bonaparte en ese cuadro. Medía metro y medio y el caballo le viene pequeño. Sin palabras... La segunda es en su exilio de Elba, la tercera su tumba y la cuarta un juego de ordenador.
Siempre me han tachado de bonapartista y en parte sí lo soy. Si las diferentes potencias europeas hubiesen abrazado la causa napoleónica es muy posible que el sueño de una Europa unida fuese un hecho hace ya muchos años. Pero.... siempre a gusto del corso y sus conmilitones, claro. Y... eso no podía ser. Napoleón fue ante todo un visionario de la talla de Alejandro Magno que impuso su criterio a sangre y fuego en un anticleralismo exacerbado. Se pensaba que bajo su influjo, fuerza y poder despojaría a España de su anacrónico catolicismo y en Zaragoza se puso de manifiesto que hasta ahí no iba a llegar. España era un país con un alto peso clerical y monárquico y así nos ha ido muchas veces. Y la Guerra de la Independencia es clara muestra de ello. Una auténtica guerra civil encubierta donde estaban tipos como Goya, Floridablanca o Gaspar Melchor de Jovellanos muerto en un precioso pueblecito llamado Puerto de Vega en Asturias junto con una placa y calle en su nombre. Se les tildó de afrancesados porque veían en Napoleón el progreso que necesitaba el país desdeñando por completo las castas monárquicas y religiosas que imperaban en una España atrasada y que en no poco desde entonces se precipitaría a un abismo de proporciones bíblicas. Abismo que aún a día de hoy seguimos pagando.
A Napoleón se le ha tildado de genocida pero no fue ni más ni menos genocida que muchos reyezuelos de la época del calibre de Fernando VII con ínfulas de grandeza y que no en vano no sabían leer ni escribir. En realidad, no fue un genocida ya que no se dirigió en contra de un grupo étnico. Fue un conquistador que impuso sus ideas, a la fuerza. Heredero de la Revolución Francesa fue un hombre de su tiempo y su tiempo fue revolucionario en lo ideológico. Decir que Francia es una superpotencia y un país muy civilizado y París es Napoleón y Napoleón es a su vez también un Brandy. Los Inválidos, la Vendomme, el Arco del Triunfo............. En un país civilizado no se le hacen monumentos a un genocida y mucho menos se le enseña con orgullo. Os imaginais un licor austríaco llamado Hitler?.
Ya he dicho que fue un mafioso nacido en Córcega, Italia. De los napoleonidas salieron un Emperador, 3 reyes, una emperatriz y una reina. No dudaba en ubicar a su familia donde más le placiera. Ora en España, ora en Países Bajos o donde Dios le diese a entender. Una especie de Vito Corleone en Europa y jugando con sus designos reales e imperiales. La "familia" ante todo.
De Palafox no estoy muy informado. Dicen que fue un pésimo militar. Eso sí.... aguantó como pudo este hombre. Lo tildan en Zaragoza de suicida. De sacrificar una ciudad entera con tal de obtener réditos militares para ganarse más aún si cabe el beneplácito de Fernando VII a la sazón secuestrado creo que en Bayona. Sea lo que fuere su heroísmo y el de tantos otros así como del pueblo llano zaragozano no cayó en saco roto. Se mermó en mucho las fuerzas francesas y lo que más me satisface es que sacó a Bonaparte de sus casillas. Napoleón, el gran militar, estadista, gran comandante pero también un loco y un pretencioso, mordió el polvo. Vaya si lo mordió.
Me quedo con una frase del desapercido Juán Antonio Cebrián:
"En las Guerras Napoleónicas el torero fue el Duque de Wellignton pero pudo torear bien porque al toro le pusieron las banderillas en España y en parte en la ciudad de Zaragoza.".
Sirva pues este post como homenaje a la ciudad que nos vio nacer a mí, a mi familia y amigos y a aquellos que en su día la defendieron heróicamente de la amenaza francesa y del arrebatamiento de sus creencias.
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