El mar, la mar.... que decía un escritor conocido por Alberti llamado. Hay pocas cosas tan desconocidas como el mar o el universo. Y pocas cosas también que ignoramos y que reposan en ambos sitios las cuales en no poco serían capaces de soluciornarnos la vida. En concreto el Helio 3 depositado en la Luna a raudales y que sería capaz de solucionarnos de aquí a 25.000 años nuestros problemas energéticos a la vez de que cualquier pez, planta o líquen hallado en el mar resolvería de una vez por todas nuestros diversos problemas con el cáncer. Solo hay que encontrarlo. La Naruraleza, nos da todo. Solo hay que sentarse a investigarla y no levantarse para destruirla.
Con estos mimbres empiezo el presente post. Si hay algo ajeno al entendimiento del hombre eso es el océano. Diversos oceanógrafos al igual que astrofísicos se han puesto de acuerdo al afirmar que es más difícil conquistar el fondo del mar que los confines del universo. Uno de sus grandes problemas es la presión del agua. Otro, explorar sus cavernáculos y su flora y fauna.
Tras esta reflexión, corría el año 1872 y más en concreto un 5 de Noviembre cuando una goleta tipo bergantín zarpaba del puerto de Nueva York rumbo Génova. Sus dimensiones eran modestas, 30 metros de manga por 8 de eslora y un peso total de cerca de 300 toneladas. Para la época barcos más grandes se habían fabricado véase el "Santísima Trinidad",el "Boucentaure", el "Victory" de Horacio Nelson o mismamente la "Bounty" por citar algunos famosos. Su carga: alcohol industrial con el que aderezar el vino italiano en una cantidad de 17.000 barriles. La tripulación, también escasa. Siete hombres más la mujer del capitán, un tal Benjamin Briggs y la hija de ambos de dos años de edad.
La historia no dejaría de ser vulgar si el barco lo hubiese fagocitado el mar por causa de los elementos pero no fue así. No desapareció, no naufragó, no zozobró, no rompió, ni siquiera lo partió un rayo y tampoco sospecho huyeran víctimas del famoso fuego de San Telmo que aterrorizaba a los antiguos marinos por considerarlo de mal agüero. Sencillamente la tripulación desapareció dejando varado un barco con su mercancía a bordo y como única señal de abandono la ausencia del bote salvavidas.
Mucho se ha especulado sobre el Mary Celeste. No obstante, ostenta el record en cuanto a desapariciones extrañas en el mar. Una mezcla de romanticismo marítimo con misterio inexplicable. Ni una sola nota en el cuaderno de bitácora que explicase su abandono. La última nota decía que había en su singladura arribado las Azores y que el día 25 de Noviembre de 1872 se encontraba al Nordeste de la Isla Santa María. Nada más. El resto es leyenda.
El capitán David Reed Morehouse a bordo del Dei Gratia arribó hasta un barco fantasma, el Mary Celeste y pudo constatar y afirmar que era un barco al socaire del viento, sin tripulación y sin logicamente rumbo. Abordaron el barco y constataron que todo estaba en perfecto orden. Habían dejado hasta la comida encima de la mesa. Todo ordenado a la perfección, trajes, aparejos, cabos, linternas..... todo perfectamente bien dispuesto.
Con estos mimbres se empenzó a especular sobre la extraña desaparición de la tripulación del Mary Celeste. La primera teoría se concentró en acusar a la tripulación de amotinamiento a causa de una borrachera dado el cargamento del barco y de que faltaban nueve garrafas. Pero es completamente desdeñada ya que el alcohol que portaba el barco era altamente tóxico para la ingesta humana. La segunda un amotinamiento, asesinato del capitán y su familia a la par que abandono del barco montándose la tripulación en otro o simplemente en el bote salvavidas. No se encontraron restos de sangre, la tripulación no era ni mucho menos convicta y el capitán tenía buenos usos y costumbres. Ante lo cual pierde protagonismo dicha teoría. Otra teoría el ataque de un Craken o pulpo gigante, digna ésta de novela de Julio Verne. Un asalto pirata y abandono de la tripulación en el bote salvavidas fue una de las muchas más que se barajaron. Y la definitiva, y más plausible fue la carga tóxica que acumulaba el barco y que dado el clima, presión atmosférica, e.t.c. pudiera haber sido que un escape de etanol propiciase el abandono de la nave en el bote salvavidas que faltaba, desapareciendo a posteriori la tripulación en una tormenta.
Sea lo que fuere la desaparición de la tripulación del Mary Celeste, nunca se aclaró. Falta un detalle. El Mary Celeste ya desde su botadura no estuvo elegido por la diosa Fortuna. Sencillamente el nombre del mismo en primera instancia fue "Amazon", luego iba a llamarse "Mary Sellars" pero un error ortográfico del rotulista dio como nombre definitivo el de "Mary Celeste".
Sir Arthur Conan Doyle, afamado espírita y amigo de sucesos paranormales escribió un relato sobre el Mary Celeste llamado. "J. Hababuk Jephson´s Statement".
Barcos tales como el "Andrea Doria", el "Titanic", el acorazado "Bismarcq", el acorazado "Yamato" o un submarino ruso llamado "Kursk" eran insumergibles y definitivamente acabaron en el fondo del océano. El "Kursk", tan solo a 100 metros de profundidad con toda su tripulación dentro de una ataúd de titanio. Es más si se hubiese puesto de pie su proa o popa hubiese sobresalido del agua tal que lo hace una cucharilla dentro de una taza de café. Increíble pero cierto. Murieron todos.
El mar es capaz de deshacer todo lo creado por el hombre. Barcos de poco calado, galeones, goletas, boniteras, clippers, carracas, corbetas e incluso drakkares vikingos y trírremes griegas y romanas no acababaron en el fondo del mar en parte porque éste se apiadó de ellos y en última instancia una pequeña decisión de su capitán, almirante o tripulación los salvó de un desastre seguro. Y es que el mar no conoce de amigos ni de enemigos. Es caprichoso e impredecible y ahora si se navega más seguro es en gran parte debido a las previsiones meteorológicas. Antiguamente se iba al socaire de las olas. Cuentan como cuando los vikingos, primeros en abandonar la navegación de cabotaje prescindieron de seguir la línea marcada por los continentes y adentrarse en alta mar su técnica de enmendar la singladura residía en soltar un cuervo. Allí donde se dirigía el cuervo allí había tierra. Así acabaron en América por el Estrecho de Bering. Así pues, Cristobal Colón, Almirante de la Mar Océana fue el descubridor "oficial" de América pero no el primero que puso el pie en ese continente. Diversos drakkares vikingos encontrados en el Norte de América así lo atestiguan.
En el caso del "Mary Celeste". Se topó con el Holandés Errante?. No creo.... pero eso es una historia muy, muy interesante también aunque ficticia.
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